Los falsos préstamos por internet se han convertido en una nueva modalidad de delito, que cada vez se extiende más por la red
La Policía Nacional ha alertado sobre una nueva estafa que se está llevando a cabo a través de internet. Se trata de un fraude en el que los delincuentes, aprovechando la crisis económica, se hacen pasar por prestamistas.
Seguramente hayan visto por Internet, y sobre todo por redes sociales tipo Facebook, empresas particulares y personas que ofrecen prestamos a cambio de muy bajos intereses. Pues bien, desde la Jefatura Superior de Policía han alertado de que se trata de este tipo delictivo al que nos referimos, que además, ha crecido notablemente en los últimos meses.
Estos estafadores ponen su objetivo en personas con urgencia de dinero, aprovechándose de esa desesperación económica.
Se ha observado que, habitualmente, el anuncio es de empresas o personas extranjeras y generalmente el mensaje no está escrito en un castellano correcto y fluido. La persona suele hacerse pasar por representante de una entidad financiera y solicita además de numerosa documentación personal, el abono de una cantidad económica con la excusa de ser necesario para la formalización del contrato. Una vez obtienen ese dinero, la víctima nunca recibe el dinero del préstamo.
¿Cómo identificar estos fraudes?
Desde la Jefatura Superior de Policía han dado una serie de consejos para evitar este tipo de fraudes.
En primer lugar hay que tener en cuenta que las empresas financieras fiables nunca ofrecen sus servicios por redes sociales ni a través de particulares. Además, en el caso de ser remitidos a páginas web, se debe comprobar que la empresa sea conocida y sus direcciones sean seguras «https«.
Es muy recomendable buscar comentarios sobre la empresa o la persona en redes sociales y foros para examinar experiencias de otros usuarios y, ante la duda, es conveniente preguntar en organizaciones del consumidor.
Por último, y lo más importante, han alertado desde el Cuerpo Nacional de Policía, de que nunca se deben adelantos ni depósitos económicos, menos aún a través de empresas de envío de dinero, y no se debe remitir documentación personal ni datos bancarios por estas vías.