La violencia económica es una de las grandes desconocidas dentro de los diferentes tipos de violencia de género: el impago de las pensiones, los problemas con el pago de los gastos extraordinarios así como el control económico, el sabotaje laboral y la explotación económica que soportan las mujeres.
Para tratar estos y muchos más asuntos tendrán lugar durante los meses de junio y julio un ciclo de seminarios online dentro del proyecto europeo ECOVIO llamado “Violencia Económica: abriendo caminos para garantizar los derechos fundamentales de las mujeres y la infancia”.
Estos seminarios online constarán de dos partes: el primero, bajo el título “Violencia Económica, un aspecto inexplorado de la violencia de género. Un enfoque jurídico”, tendrá lugar los días 14 y 23 de junio y el 6 de julio, y contará con la participación de integrantes de la Asociación de Mujeres Juezas de España -Isabel Giménez García (Jueza del Juzgado Mercantil nº 6 de Barcelona) y Cira García (Magistrada Titular del Juzgado de Violencia de Albacete- y de la asociación de Mujeres Juristas Themis – Mª Ángeles Jaime de Pablo-, así como Victoria Rosell -Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género-. El segundo, titulado “Violencia económica, un aspecto inexplorado de la violencia de género. Intervención social y psicológica para reducir el abuso económico”, se podrá seguir los días 17 y 22 de junio y el 7 de julio.
La conferencia final será el miércoles 15 de septiembre a las 17h00, con el cierre a cargo de Vicente Magro (Magistrado de Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo).
Según los resultados recogidos en la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer realizada por el Ministerio de Igualdad en 2019, un 7,8% de las mujeres que habían tenido pareja alguna vez afirmaron que no se les permitía tomar decisiones relacionadas con la economía familiar y/o realizar las compras de forma independiente, siendo la situación de control económico más frecuente de las relatadas por las mujeres que decían haber sufrido violencia económica. El segundo puesto lo ocupa la situación en que la pareja se había negado a darle a la mujer dinero para los gastos del hogar (que afectó al 6,5% de las mujeres que habían tenido pareja). El 5% de las mujeres que tenían o habían tenido pareja relataron que alguna de sus parejas no les había dejado trabajar fuera del hogar, y el 4,8% declararon que sus parejas habían usado su dinero o tarjeta de crédito o pedido préstamos a su nombre sin su consentimiento.
La violencia económica puede pasar desapercibida debido a que no deja un rastro tan evidente como las agresiones físicas, pero puede conllevar abuso y violencia de manera continuada y a muy largo plazo. La relación económica, que no finaliza tras la separación, lleva a que el agresor y la víctima estén “ligados” de por vida. Desde el proyecto ECOVIO recuerdan que la violencia no tiene barreras sociales y tampoco las tiene la violencia económica; precisamente en ciertos estratos sociales de mayores ingresos las mujeres no disponen de esos ingresos con libertad y son totalmente dependientes económicamente. Además, en colectivos en riesgo de exclusión, con menores cualificaciones y capacidades formativas, es más difícil tener independencia económica y con ello más fácil sufrir violencia económica.