Una trabajadora de Trace, afiliada a Comisiones Obreras, ha presentado una denuncia ante la Inspección de Trabajo por acoso laboral, presuntamente ejercido por dos capataces de la empresa. La denunciante afirma que el acoso comenzó tras un accidente laboral ocurrido en diciembre del año pasado
Una empleada de Trace, afiliada a Comisiones Obreras, ha denunciado ante la Inspección de Trabajo el acoso laboral que, presuntamente, ha sufrido a manos de dos capataces de la empresa. Según la denunciante, el acoso comenzó en diciembre del año pasado, cuando tuvo un accidente laboral mientras ayudaba a un compañero en tareas de barrido. La denuncia recoge que, al informar a los capataces sobre el incidente, estos mostraron «una falta muy grave de respeto», mofándose de ella y de la situación, lo que la dejó en un estado de shock y «paralizada». Aunque una de las capataces se disculpó dos horas después, explicando que su compañero «es muy guasón», la situación ya había afectado profundamente a la trabajadora.
La denunciante asegura que el incidente le ha causado estrés post-traumático, por lo que ha tenido que recurrir a tratamiento psicológico debido a la frustración, impotencia e indignación que el acoso le ha generado. Desde entonces, la actitud de la capataza hacia ella ha cambiado negativamente, obligándola, por ejemplo, a recoger hojas con un cubo y solo con las manos, además de hacer el trabajo de dos personas, todo ello de manera «muy desagradable y altiva».
A raíz de estos hechos, han surgido rumores y comentarios sobre la trabajadora entre sus compañeros, lo que la llevó a solicitar un cambio de cuartillo para no coincidir con quienes estaban difundiendo estos rumores. En su denuncia, la trabajadora solicitaba que la empresa activara el protocolo de acoso laboral, permitiéndole presentar las pruebas necesarias, y que se abriera una investigación sobre lo sucedido.