Una enmienda de Junts que aboga por un cambio en una palabra, a la que se han sumado el resto del grupo nacionalista, el PP, la Izquierda Confederal y ERC, retrasa la entrada en vigor de la norma. La modificación implica sustituir la frase “abortos y esterilizaciones forzosas” por “abortos y esterilizaciones forzosos”
Una letra. Ese es el cambio que ha hecho que, tras cuatro horas de debate, el Senado envíe de nuevo al Congreso la conocida como ley del ‘solo sí es sí’ para su aprobación definitiva.
La modificación implica sustituir la frase “abortos y esterilizaciones forzosas” por “abortos y esterilizaciones forzosos”. Desde Junts argumentan que se trata de abarcar ambos conceptos (abortos y esterilizaciones), pero desde el Ministerio de Igualdad aseguran que se trata de un error ortográfico que puede ser subsanado sin necesidad de alargar el trámite. Y es que cualquier cambio introducido en el Senado implica que la ley tiene que volver al Congreso para ser revisada. De haberse aprobado la ley habría sido incluida en el Boletín Oficial del Estado (BOE) para entrar en vigor a los 30 días.
La “enmienda” propuesta por Junts fue aprobada por el resto del grupo nacionalista, el Partido Popular, tres senadores de Ciudadanos, la Izquierda Confederal (Adelante Andalucía, Más Madrid y Compromís) y ERC.
Con este giro de guion en el último momento, es posible que el trámite de la ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual, que ha tenido que sortear múltiples resistencias durante dos años, se alargue hasta septiembre.
Más allá de las maniobras políticas, de los circuitos y plazos legales, la ley responde a un clamor feminista que se fue conformando a partir de la sentencia de la violación cometida por “la manada” en los Sanfermines de 2016, en la que se consideraba abuso sexual y no agresión, y que disparó una ola de manifestaciones en todo el Estado español.
Aunque a la opinión pública ha trascendido en mayor medida lo referido a la modificación del Código Penal y de las penas asociadas a los delitos de violencia sexual, en el trasfondo de la norma se encuentra la necesidad de afrontar de un modo integral la violencia sexual, ubicar en el centro el consentimiento y abarcar un tipo de agresiones que afectan especialmente a las mujeres.