Os presentamos a grupos de música que probablemente no conozcáis y en los que las mujeres, nunca mejor dicho, llevan la voz cantante. Eso sí, un aviso a navegantes, esta es nuestra playlist «avanzada» solo apta para verdaderas brujas y feminazis
Desde unos años atrás, esa amalgama de géneros que la industria encasilla bajo la etiqueta de «música urbana» y que vivían en las profundidades abisales del «underground» ha emergido no solo para formar parte del «mainstream«, sino para, prácticamente, dominarlo. Pero, como pasa con toda la producción cultural, lejos de los focos del maisntream, brillan con luz propia grupos que son auténticas joyas. Y aunque la lucha feminista empieza a colarse cada vez más entre las rendijas de las producciones culturales dirigidas al «gran público» -esto es algo que se debe celebrar-, es precisamente en el underground donde todavía encontramos a los grupos más combativos y más comprometidos con la causa -esto es lo que hay que cambiar-.
A continuación os vamos a presentar a una serie de artistas y grupo que comparten un elemento común: la militancia activa en un feminismo de combate que no pide permiso para cambiar las cosas, sino que pone todo lo que está en su mano para provocar los cambios.
Mafalda
Que esta banda valenciana formada por nueve integrantes (Vera, Bárbara y Marcos son las voces; Antonio y Berto las guitarras; Mario el bajista; Jorge la trompeta; Vicent el trombón y Vime la batería) iba a entrar en la lista lo teníamos claro antes de ponernos a hacerla. Son varios años ya los que llevamos siguiendo a Mafalda y, honestamente, todavía no sabemos definir qué clase de música es la que tocan.
Cuando escuchamos al grupo por primera vez no sabíamos si nos gustaba o simplemente si estábamos entendiendo de qué «palo» iban. Dimos por hecho que no a lo segundo y decidimos darle tiempo a nuestros oídos para que se acostumbrasen a eso que los propios integrantes del grupo -nueve personas en la actualidad- definían en su momento como «reggaecore». Sabia decisión la nuestra. Al tiempo descubrimos que a Mafalda «no lo tienes que entender, solo tienes que sentirlo«.
Después de publicar cuatro trabajos autoeditados –Música basura (2012), Nos deben una (2014), La última vez que te escucho (2016) y Palabras forman caos (2018)- se podría decir que el grupo ha evolucionado de ese primigenio reggaecore hasta ser un género propio. En una misma canción puedes encontrar reggae y death metal, pero no son ni una cosa ni la otra. Son Mafalda, ni más ni menos.
Os vamos a dejar con «Las que faltaron«, un temazo en el que colabora Rebeca Lane, de quien os dejamos un enlace a su canal de YouTube, y que es de obligada recomendación el día de hoy, pero podríamos pasarnos el artículo entero hablando solo de canciones de Mafalda.
Jazzwoman
Sin salir de Valencia, Jazzwoman es una antigua integrante de Machete en Boca, grupo del que hablaremos más adelante, que ahora forma parte del colectivo «Periferia Norte» y hace carrera como solista. Recientemente publicó su último trabajo llamado «Maléfica«. La música de Jazzwoman es una forma de confrontar al machismo desde la militancia activa en el feminismo a través de letras sin pelos en la lengua acompañadas de una música que no se encasilla en ningún estilo. Así, podemos encontrar estilos variados que a veces tiran más al rapeo clásico y otras se van por las lindes R&B o hasta la música electrónica.
Con permiso de otros grupos (ojo con Valencia) la concepción del Hip-Hop que hacen artistas como Jazzwoman, en el que la fusión es casi la norma, comienza convertirse en la marca de agua del underground en la «música urbana» del levante español.
Os dejamos con «Llámame«, una canción que condena la violencia machista y promueve la idea de tejer redes de apoyo entre las mujeres para combatirla.
Machete en boca
Seguimos en Valencia y nos vamos con «Machete en Boca». Musicalmente, a veces son rap, otras reggae y otras hasta música electrónica, pero siempre son barrio. Las letras de las valencianas son directas y una premisa va por delante: soy mujer y me van a respetar por los buenas o por las malas, eso es ya es cosa tuya. A partir de ahí: mensajes duros, ningún complejo, orgullo de clase y cien por cien actitud.
«Llamad a emergencias, pero nada de esto va a cambiar. Otra mujer muerta en las noticias, no importa. Tú no eres, machista eres idiota»; «Violan leyes, decretos derogan, corrupción homologada porque tú no reaccionas»; «resígnate a morir por cuatro perras, vende tu alma al diablo por solo dos monedas perras, no queda ninguna de todas esas promesas firmadas en papeles por empleaos y empresa», son algunos ejemplos de por dónde van los tiros en sus letras.
Del proyecto original, que lo formaban la mencionada Jazzwoman, La Charli, La Prima, San y el productor Falso Ídolo, solo quedan estos tres últimos a bordo después de que el grupo comunicase a principios de año la salida de de La Charli por «problema personales».
Os dejamos con Da Nu Times, la última canción en la que participó La Charli. Desde entonces, La Prima y San han sacado cada una sendos temas en solitario (Sé feliz y Mama San) y están preparando uno juntas.
Tesa
Qué tendrá Valencia para que tenga el nivelazo que tiene es una incógnita digna de estudio. Y es que no se puede abandonar el levante español sin mencionar a Tesa, otra monstrua del género «urbano». Una rapera que igual te saca una canción como «Rabia» que una como «El amor no duele» -que musical y visualmente es una oda a la época dorada de los «canis» en España-. Además de astista, es profesora de Formación Profesional y ha trabajado en la radio.
Quizá el caso de TESA sea el de la evolución más agresiva, musicalmente hablando. Rapera del boom bap clásico, le dio un giro de tuerca a su estilo, y aunque no ha dejado de sacar canciones que retrotraen a ese rap primigenio que hacía las delicias de quienes hoy están más cerca de ser «puretas» que «jóvenes», la búsqueda de nuevos horizontes se ha convertido en algo habitual en la música de Tesa. Eso no quia que, como le ocurre a sus paisanas, las letras de Tesa sean reivindicación feminista pura.
Os dejamos con esta hipnótica genialidad que se llama «Pussy Power«.
Tribade
De Valencia nos vamos a Barcelona para hablar de Tribade, un grupo compuesto por Bittah, Masiva Lulla y dj Big Mark. En este era de las redes sociales donde cualquier contenido es susceptible de convertirse en «viral», cuesta hablar de underground con un grupo que en algunas canciones supera el millón de visualizaciones en YouTube. Pero Tribade no se casa con nadie.
Lo que más sorprende del grupo es la contundencia con la que se expresan sus jóvenes integrantes y lo clara que tienen las ideas. Por ejemplo, en alguna entrevista no han titubeado a la hora de explicar que, para ellas, el feminismo si no es anticapitalista no tiene sentido, que la igualdad real no pasa porque hombres y mujeres blancos equiparen sus derechos, porque en esa ecuación quedan fuera las racializadas, las que tienen diversidad funcional, las pobres, las trans… Lo avisamos al principio, esta playlist está hecha para el deleite intelectual de las brujas y las feminazis.
Os dejamos con esta joyita que se llama «Las Desheredadas«, pero no dejéis de escuchar otras canciones como «Mujer».
Gata Cattana
No se podía hacer esta playlist sin hablar de ella. Fallecida en 2017, poco antes de cumplir los 26 años, Gata Cattana revolucionó el genero. Llegó en el momento oportuno y aportó una frescura a la escena que todavía sigue siendo la fuente de inspiración de la que beben muchas raperas (y raperos). Antes de fallecer, Cattanaa estaba trabajando en «Banzai«, su primer largo que, finalmente, vio la luz de forma póstuma.
En el rap feminista en España, antes de Gata Cattana, «todo era campo». Que nadie se ofenda, no estamos diciendo que sea la inventora del rap feminista en español, solo que le supo dar un tremendo impulso, que hoy todas agradecemos. Ella misma rechazaba abiertamente ese «purismo» que siempre ha acompañado al rap en España. Y es que durante las décadas de los 90 y principios del 2000 el género se movía sobre unos códigos que parecían inamovibles y eternos. Hasta que empezó a llegar gente como Gata Cattana, con la suficiente personalidad como para atreverse a cuestionar esos códigos y darles la vuelta por completo.
Dentro de Gata vivía «el personaje» y Ana, la persona, el ying y el yang de una mujer que se mostraba fuerte y decidida cuando rapeaba en un escenario, pero que también sabía desnudar sus debilidades cuando se decantaba por el mundo, para ella más intimista, de la poesía.
Os vamos a dejar dos obras de Gata Cattana, una canción y un poema, Lísistrata y Como aman los pobres, para que, si no la conocíais, toméis contacto con Gata, pero también con Ana.