La jornada electoral en Ceuta ha dejado una anécdota destacada que ha captado la atención de muchos. Durante la mañana, en el colegio electoral situado dentro del Instituto de Educación Secundaria Abyla, la presidenta de una de las mesas instaladas protagonizó un incidente que generó sorpresa entre los presentes sobre la neutralidad exigida por la ley electoral.
Anteriormente, la misma presidenta se dirigió a los trabajadores de los medios de comunicación para preguntarles si tenían permiso para grabar y tomar fotos dentro del recinto electoral. Este hecho resultó sorprendente, ya que parecía desconocer que la libertad de prensa es un derecho fundamental. Los periodistas, con la debida acreditación profesional, desempeñan un papel crucial en la transparencia de los procesos electorales.
¡Por España!
Mientras Ana García León, candidata de VOX Ceuta a las elecciones europeas y suplente número 8 en la lista nacional del partido, se disponía a ejercer su derecho al voto, la presidenta de la mesa electoral exclamó «¡Por España!» en el momento en que la representante de VOX introducía la papeleta en la urna. Este acto ocurrió ante la atenta mirada de Juan Sergio Redondo, presidente y líder de VOX en Ceuta, y en un distrito conocido por ser residencia de la mayoría de los mandos militares destinados en la ciudad autónoma. Las palabras de la presidenta fueron contestadas por la candidata con un “Ahí, ahí, siempre”, causando perplejidad entre los presentes, quienes dudaban si estas palabras podrían considerarse una infracción a la ley electoral.
La coletilla «¡Por España!» es una frase comúnmente utilizada por los representantes parlamentarios de VOX, tanto en el Congreso de los Diputados como en el Senado, durante votaciones personalizadas. Este incidente ha planteado dudas sobre el cumplimiento de la normativa electoral que exige a los miembros de las mesas electorales mantener una estricta neutralidad durante todo el proceso.
Consulta a la Junta Electoral
Buscando una aclaración de corte legal en la norma sobre la situación protagonizada por la presidenta de la mesa, hemos consultado a la Junta Electoral de Zona. Desde la oficina judicial informaron que, de acuerdo con la ley electoral española, cualquier miembro de una mesa electoral debe abstenerse de manifestar públicamente su apoyo a cualquier partido político o candidato. Sin embargo, aclararon que, a menos que haya una reclamación formal por parte de algún representante de los partidos políticos, una queja ciudadana o una denuncia por parte de los representantes de la administración presentes en los colegios electorales, los magistrados no pueden intervenir ni pronunciarse oficialmente sobre el incidente.
La ley electoral española, recogida en la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), establece que la neutralidad de los miembros de las mesas es fundamental para garantizar la transparencia y equidad del proceso electoral. Cualquier comportamiento que pueda interpretarse como una muestra de apoyo o rechazo a un partido político o candidato puede ser visto como una violación de esta neutralidad.
El episodio protagonizado por la presidenta de la mesa electoral del Abyla podría abrir un debate sobre el respeto a las normas de neutralidad en las elecciones en los colegios electorales. Aunque la expresión «¡Por España!» puede parecer inofensiva para algunos, en un contexto electoral adquiere una importancia especial que no debe ser pasada por alto por la polarización del espectro político en el país y el uso de los símbolos del Estado para beneficio electoral que hacen determinadas formaciones de dudosa transparencia democrática.
Ante la ausencia de una reclamación formal ante la Junta Electoral, se impide que se tomen medidas al respecto, pero este episodio resalta la necesidad de que todos los implicados en el proceso electoral mantengan una conducta imparcial para garantizar la legitimidad de las elecciones. Estas acciones, aunque parezcan anecdóticas, destacan la necesidad urgente de reforzar la formación y concienciación sobre la neutralidad y la importancia de un comportamiento ejemplar por parte de los miembros de las mesas electorales en los procesos democráticos. Solo así se podría asegurar que el proceso electoral se lleve a cabo con las máximas garantías de transparencia y equidad, fundamentales para mantener la confianza en el sistema de derecho y libertades amparadas por la constitución española.