“Estamos cansados de la injusticia y opresión, ¡queremos una solución ya!”. La lucha de los y las trabajadoras transfronterizas sigue y un lunes más se han concentrado en la Plaza de los Reyes, donde una mujer quería compartir su historia: la familia para la que trabajaba la dejó literalmente en la calle de un día para otro, sin previo aviso
La historia de Miloda es la historia de todas. Un ejemplo de la situación que viven las empleadas del hogar transfronterizas en la ciudad autónoma de Ceuta, donde están atrapadas desde hace 18 meses, en una situación administrativa irregular con la que ven todos sus derechos vulnerados.
Miloba estuvo más de un mes acompañando en el hospital a la mujer de la que cuidaba, día y noche, “sin descansar”. Pero cuando la mujer falleció, y su marido fue trasladado a una residencia de mayores, la familia prescindió de sus servicios sin previo aviso. “No me dieron ni unos días para buscar donde dormir, al menos una semana, me dejaron en la calle”, relata emocionada mientras que recibe el apoyo de sus compañeras.
Ahora tiene que trabajar sin contrato, durmiendo en la casa de un familiar lejano que la acogió y sin saber cuándo podrá volver a su país, actualizar la documentación caducada y regular su situación administrativa. Como ella, muchas, y es que las mujeres, mayoría empleadas del hogar o en el sector servicios, son las más perjudicadas del cierre fronterizo del Tarajal.
Más de 100 organizaciones se unieron al manifiesto en apoyo a los y las trabajadoras transfronterizas y desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) remitió la semana pasada un escrito al Ministerio del Interior, a la Delegación del Gobierno, al Defensor del Pueblo y al Ministerio de Trabajo y Economía Social, trasladando el problema de estas personas.
Este lunes se han vuelto a concentrar frente a la Delegación del Gobierno, en la Plaza de los Reyes, para visibilizar una vez más su problemática y exigir soluciones, porque hasta el momento no han obtenido respuestas de las autoridades.