Alrededor de cien personas han acudido a las jornadas abiertas sobre donación de médula ósea que ha organizado el HUCE y, de ellas, unas setenta se han hecho donantes. España, país puntero en donaciones de sangre y órganos, va con retraso en lo que a donación de médula se refiere.
España es y ha sido un país puntero en cuanto a donación de sangre y órganos se refiere. Sin embargo, en donación de médula ósea vamos con retraso. Por ello, el Hospital Universitario de Ceuta (HUCE) ha organizado unas jornadas de puertas abiertas para informar y concienciar sobre la donación de médula. «Dar algo que a nosotros no nos causa ningún daño y salvarle la vida a otra persona» así define el proceso María Luisa Centeno, coordinadora de trasplantes de Ceuta.
De las cien personas que han acudido a las jornadas del HUCE, esta misma tarde se han registrado como donantes de médula ósea unas setenta. Para ello debían cumplir dos requisitos bastante asequibles: ser mayores de edad y estar sanos (si el potencial donante se ha hecho un piercing o un tatuaje, deberá esperar a que pasen al menos tres meses para poder ser donante de médula ósea).
¿Cuál es el proceso para donar médula ósea?
En primer lugar, se realiza una extracción de sangre y el donante queda registrado como tal en un banco de datos. Si se dan los requisitos y el donante es compatible con alguna persona que necesite un trasplante de médula ósea, entonces se iniciará el proceso de donación propiamente dicho.
La donación en sí se puede hacer a través de la sangre periférica (la que circula por nuestro torrente sanguíneo) o mediante punción en la médula ósea. En el primer caso, el proceso es parecido a una hemodiálisis. El donante, previa administración de un fármaco cuya función es hacer que las células madre almacenadas en la médula ósea afloren al torrente sanguíneo, ya que en condiciones normales su presencia es muy escasa en la sangre, será conectado a una máquina que filtrará la sangre para extraer las células madres y luego devolverla al organismo.
En el caso de la punción, se administra anestesia al donante y a través de una punción directa en un hueso, se extraen las células madres directamente de la médula ósea. El proceso de la punción no duele (el donante está anestesiado) y, al igual que ocurre con las donaciones de sangre, en unos días habremos repuesto las células que hemos donado.
Punto de no retorno
Hay que estar seguros de querer ser donantes. La vida de una persona puede depender de ello. En este sentido, Centeno ha explicado que una vez que el paciente encuentra un donante compatible es preparado para el proceso y se le realizan tratamientos muy agresivos. Si en este punto, el donante se arrepiente y se niega a donar médula ósea, la persona que espera el trasplante podría morir. Por ello, es importante estar seguros y concienciados del paso que damos cuando nos hacemos donantes.