En una tarde marcada por la reivindicación social, miles de personas se congregaron en el centro de Valencia para exigir medidas concretas que garanticen el acceso a una vivienda digna. Bajo el lema ‘València s’ofega’, los manifestantes recorrieron las principales calles de la ciudad, culminando su marcha en las emblemáticas Torres de Serranos.
Los organizadores, entre los que se encuentran el Consell de la Joventut, CCOO PV, PSPV-PSOE, Compromís per València, Sumar y Acció Cultural del País Valencià, han planteado demandas claras: regulación de los precios de alquiler, paralización de desahucios y creación de un parque de viviendas de protección oficial.
La manifestación también puso de relieve la problemática de los apartamentos turísticos, cuya proliferación ha sido señalada como una de las causas del aumento de los precios de alquiler. Los manifestantes piden que Valencia sea declarada zona tensionada, lo que permitiría implementar restricciones más severas sobre este tipo de alojamientos.
Durante la marcha, los asistentes portaron pancartas con lemas como ‘la vivienda es un derecho’ y ‘Valencia no está en venta’. Al inicio del recorrido, hicieron sonar las llaves de sus hogares como símbolo de su lucha por el derecho a la vivienda.
Desde el PSPV-PSOE, se ha defendido la aplicación de la Ley de la Vivienda en la Comunitat Valenciana, argumentando que es fundamental para facilitar el acceso a hogares a jóvenes y familias. Por su parte, Papi Robles, portavoz de Compromís en el Ayuntamiento, instó al president de la Generalitat, Carlos Mazón, a declarar Valencia como zona tensionada, aunque expresó su escepticismo sobre la disposición del gobierno a tomar tal medida.
La manifestación transcurrió sin incidentes, aunque bajo una intensa presencia policial, y finalizó frente al Ayuntamiento de Valencia. Esta movilización es un reflejo del creciente descontento ciudadano ante la crisis de vivienda que afecta a muchas ciudades españolas.
Los participantes han dejado claro que continuarán luchando por sus derechos y que esperan que las autoridades tomen medidas efectivas para abordar esta problemática. La presión social parece ser la única vía para lograr cambios significativos en la política de vivienda de la ciudad.