La digitalización forzosa del servicio de pedido a domicilio de bombonas de butano en Ceuta ha provocado una ola de indignación entre vecinos, asociaciones y organizaciones sociales. La nueva distribuidora local, Gasib —delegada de Cepsa—, ha eliminado el tradicional canal telefónico de atención, obligando a los usuarios a realizar sus pedidos exclusivamente a través de la web cepsabutanopropano.com, lo que ha dejado fuera del sistema a buena parte de la población mayor de la ciudad.
Diversas entidades, como el Servicio Estatal de Atención a Personas Mayores (SEAM), la formación política Ceuta Ya! y la Asociación de Vecinos de la barriada de Loma Colmenar, han alertado del impacto de esta medida, que consideran una forma de discriminación indirecta hacia los ciudadanos más vulnerables por su falta de competencias digitales.
“Ahora para pedir una bombona hay que saber navegar por internet. ¿Dónde queda la atención humana?”, se pregunta indignado Rafael García, presidente de la asociación vecinal de Loma Colmenar, quien ironiza diciendo que “al que se le haya ocurrido esta idea para Ceuta hay que darle un Premio Nobel”.
La preocupación es compartida por Carla Bonell, responsable jurídica y coordinadora del SEAM, quien alerta de que este tipo de decisiones empresariales —justificadas bajo motivos de eficiencia operativa— tienen consecuencias estructurales: “Termina afectando de forma desproporcionada a la población mayor, que queda excluida del acceso a un servicio básico”.
Una doble exclusión
Mohamed Mustafa, portavoz de Ceuta Ya!, va más allá y habla de una “doble discriminación”: por edad, debido a la amplia brecha digital que existe en Ceuta; y también geográfica, ya que algunas calles periféricas no están reconocidas por el sistema informático de pedidos. “Hay personas que no solo no pueden usar internet, sino que si lo intentan, descubren que su calle ni siquiera aparece”, denuncia.
Posibles protestas
La tensión crece entre los afectados, y no se descartan movilizaciones en los próximos días. “Esto va a traer manifestaciones, seguro. La gente está muy enfadada”, advierte Rafael García. “Lo del robot para pedir la bombona debería quitarse. Está empeorando la vida cotidiana de los mayores”.
Desde el SEAM recuerdan que el canal de contacto preferido por el 85% de sus usuarios sigue siendo el teléfono. “No se trata solo de comodidad, sino de accesibilidad real”, añade Bonell. “Muchas personas ni usan correo electrónico, ni manejan WhatsApp, y aún menos saben cómo hacer un pedido online”.
Las organizaciones firmantes piden a Cepsa que restablezca el sistema de pedidos mediante llamada telefónica con atención humana, asegurando así que todos los ciudadanos —independientemente de su edad o nivel digital— puedan seguir accediendo a un suministro tan esencial como el butano.
