Hace unos días en una pequeña entrevista en la televisión pública ceutí me preguntaron sobre las declaraciones del primer ministro marroquí afirmando que las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla “son marroquíes como el Sáhara”. Tras la edición de la entrevista mi respuesta no fue emitida. Entiendo que o bien fue por razón de tiempo, es raro que en este medio disponga de más de un par de minutos cada lustro (al menos desde que tomó las riendas de este ente público el actual responsable) o que como estuvo centrada en el proceso de reelección de órganos locales en Podemos Ceuta consideraron que esta cuestión no correspondía. Y no hay ni un ápice de ironía en lo expuesto hasta ahora. Lo que contesté es que básicamente esas declaraciones se circunscribían al contexto socioeconómico actual en Marruecos, sin dejar de lado la cuestión sanitaria y política. Los trabajadores del sector turismo del país vecino “desembarcan” un día sí y otro también en Canarias. La economía marroquí debe estar sufriendo enormemente las consecuencias de la pandemia, y parece que les costará salir de esta a corto plazo. Ellos no tienen a la Unión Europea ¿o sí? Trump acaba de “entregarle” el Sáhara, ya veremos que hace la administración Biden. El principal valedor de Marruecos es Estados Unidos, no debemos olvidarlo. Reavivar de manera tan contundente el tema de Ceuta y Melilla solo es fruto del contexto: crisis sanitaria y económica, Trump/Sáhara, Marruecos/Israel. ¿Alguien dudaba que esto iba a surgir? ¿Alguien duda que continuará?
Como ya he dicho no solo España, sino, Italia, Portugal, Francia, etc, pueden dar gracias al cielo por pertenecer a la Unión Europea. Por cierto, dejo aquí una pregunta para los trasnochados anti europeístas españoles, a Vox y sus acólitos, ¿cómo afrontaría España esta tremenda y trágica crisis socioeconómica y sanitaria fuera de la UE? ¡Pues eso! A seguir pidiendo la salida de la Unión Europea iluminados de Vox. Posiblemente estas actuaciones de Marruecos vayan también dirigidas a dar un toque de atención a la UE para que la apoye económicamente para salir de la crisis existente. Personalmente considero que el Gobierno español ha actuado correctamente y afrontado el órdago lanzado convocando «de urgencia» a la embajadora de Marruecos en España.
Ambas ciudades autónomas son España, son Europa y su situación en política internacional nada tiene que ver con la del Sáhara o con la de Gibraltar. Ceuta y Melilla son España y una vez más reivindico el total desarrollo de la Disposición Transitoria Quinta de la Constitución Española. Más autonomía. No entraré en cuestiones históricas para cuestionar las palabras del primer ministro marroquí, ni a explicar por qué Gibraltar ¡sí! es una colonia y Ceuta o Melilla ¡no!, o detenerme a exponer pormenorizadamente las diferencias con la cuestión saharaui. Lo que sí quiero indicar claramente es que los exabruptos dialécticos, los golpes en el pecho, las pulseritas, el declararse más español que nadie, … solo pueden enquistar más situaciones como éstas. Que deben tratarse desde la mesura y la contundencia sin aspavientos. Por cierto, posiblemente esos más españoles que nadie fuesen los mismos que enviaban a los jóvenes españoles (los pobres, el rico no iba) a la guerra de África sin pertrechos, obligados, sin sustento, sin piedad. Para que fuesen carne de cañón. ¡Qué curiosa manera de sentirse españoles! O los muy españoles que propiciaron la Guerra Civil. ¡Qué curiosa manera de sentirse españoles! O los maxi españoles que permitieron el alquiler del Yak-42. O los megamaxi españoles que nos metieron en la guerra de Irak “por las armas de destrucción masivas” con “mentiras de destrucción masivas”. O los todavía más que megamaxi españoles que aún siguen señalando a ETA como responsable de la masacre del 11-M. O los muy más muy megamaxi españoles que durante la pandemia solo han aportado crispación, enfrentamiento y mentiras como soluciones. ¡Qué curiosa manera de sentirse españoles!
Miren ustedes ser español debiera estar íntimamente relacionado con preocuparse por el bienestar económico y social de nuestro país, con apoyarnos en momentos de crisis, con enviar mensajes de unidad en mitad de una pandemia (que ya habrá tiempo de tirarse los trastos a la cabeza políticamente hablando), con sentirnos avergonzados por un rey, por muy emérito que sea, que abandona su país por hacer trampas al fisco cuando en los mensajes navideños criticaba estas actuaciones y nos pedía lealtad y honestidad, con sentirse orgullosos de lo que podemos llegar a ser si señalamos y juzgamos las actuaciones deleznables provengan de quienes provengan.
Marruecos es un estado soberano que ha sido, es y será un socio prioritario para España, y la UE, en materias tan importantes como la lucha contra la inmigración ilegal o contra el terrorismo yihadista. Es nuestro vecino, y nosotros los ceutíes convivimos a diario con su población. Ahora no por razones obvias. El respeto a este país es fundamental en las relaciones bilaterales, y así debe ser.
Anteriormente comenté que Ceuta y Melilla no son colonias, pero eso no las exime de que en sus sociedades existan reminiscencias coloniales y haya una segregación de su población por razones económicas, aunque otros las sustenten también en cuestiones culturales, religiosa, racistas, etc Esos que hacen esto flacos favores hacen a la convivencia, de hecho, la atacan. Este tipo de actuaciones también son características de contextos coloniales.
No quisiera concluir este último escrito del año sin alegrarme por todas las personas que ya están siendo vacunadas, entristecerme por todas las que ya no tendrán esa posibilidad y agradecer a mis compañeros y compañeras de Podemos Ceuta, en especial a los y las más jóvenes tanto esfuerzo y sacrificio. “Ceuta no es ciudad para jóvenes” al menos no para los comprometidos que no agachan la cabeza ante “lo establecido”. Ante lo “PPdispuesto”. Una sociedad que no se preocupa por sus jóvenes es una sociedad fracasada.
“El mundo que va a venir es de supra naciones que van a luchar por su existencia y las imposiciones de sus reglas. ¿Seremos capaces de pasar por encima de nuestros atavismos?” Pepe Mújica.