La Asociación Ceutí por la Salud Mental ha estado hoy con un stand en la Plaza de los Reyes, donde se ha realizado una actividad que demuestra cómo las desigualdades pueden afectar a la salud mental y se ha leído el manifiesto para recordar que se trata de un «derecho necesario» e instar a las autoridades a invertir más recursos para garantizarlo
Daniel, ceutí con problemas de salud mental y uno de los usuarios de ACEFEP, ha sido el encargado de leer el manifiesto por el Día Mundial de la Salud Mental donde la reivindican como «un atributo universal y necesario«. En la Plaza de los Reyes, junto al stand que ha instalado este lunes la asociación y la balanza de madera donde se muestra cómo las desigualdades sociales pueden afectar a la salud mental de las personas, contrarrestando con valores como el respeto, la empatía, el compromiso y los derechos.
Al acto de lectura del manifiesto, han asistido autoridades políticas como la delegada del Gobierno, Salvadora Mateos, el senador por Ceuta, David Muñoz Arbona, y el consejero de Sanidad de la Ciudad, Alberto Gaitán, que ha leído la proclama de Acefep por el Día Mundial de la Salud Mental en la que se insta a los gobiernos a destinar todos sus recursos para la lucha por la buena salud mental y paliar las desigualdades económicas que la provocan, así como realizar un llamamiento a toda la población en su compromiso y concienciación de esta problemática.
Para ACEFEP, un primer paso para lograr el acceso equitativo a una salud mental de calidad, con Planes Individualizados de Atención, sería vencer la desigualdad económica. Por lo que llaman «a los poderes públicos al diálogo, para que conozcan nuestras necesidades, y para reclamar que la pobreza no sea un factor de riesgo a la hora de cronificar un problema de salud mental».
«También habría que hacer frente a la desigualdad de género y a la múltiple discriminación hacia las mujeres con problemas de salud mental», apuntan, para lo que plantean crear «protocolos específicos de atención en salud mental teniendo en cuenta la interseccionalidad, que es la que mide el entorno a las circunstancias de cada mujer. En este sentido, la conciliación familiar es un aspecto importante».
Además, es muy importante el facto de la edad, porque «nadie debiera vivir su vejez en el olvido, por eso debemos apostar por residencias con servicios especializados en salud mental. En vez de soledad, ofrecer una experiencia positiva y enriquecedora. Se lo merecen, las personas mayores nos han dado la vida».
Por otro lado, asistimos a la irrupción de problemas de salud mental en edades muy tempranas. A lo que piden «un mayor esfuerzo en investigación y compromiso público, como refleja la reciente aprobación de la especialidad médica para la etapa infanto-juvenil, que hemos venido reclamando en los últimos años».
Para una sociedad inclusiva, apuntan a la sensibilización en el ámbito educativo, donde «sería bueno introducir la educación emocional entre las actividades escolares». Además, apuntan que «aún hoy, el 84% de las personas de nuestro colectivo no tenemos un proyecto de vida basado en el trabajo. La barrera de la desigualdad laboral debe ser superada con medidas de estímulo». Aconsejan para el disfrute de la salud mental es la práctica deportiva, en la certeza de que la salud física mejora el pronóstico de recuperación.
Para terminar, Daniel leía los últimos párrafos del manifiesto en el que advierten «que los problemas de salud mental, y teniendo en cuenta el impacto de la pandemia, ya no son algo que les pasa a los demás, sino que son algo que nos afecta a todos y a todas: trabajar por la salud mental es trabajar por el bienestar de la sociedad y por nuestro futuro«.