El Gobierno de Nicolás Maduro ha intensificado su postura contra el opositor venezolano exiliado en España, Edmundo González Urrutia, solicitando a Interpol una orden de captura en su contra. Las autoridades advierten que, de regresar al país, el político podría enfrentar prisión.
A pesar de haberse exiliado en España, Edmundo González Urrutia continúa siendo objetivo del Gobierno de Nicolás Maduro. El fiscal general, Tarek William Saab, ha solicitado a Interpol la ratificación de la alerta roja sobre González Urrutia, quien fue el principal rival de Maduro en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio. Dichos comicios han sido cuestionados por la oposición, que alega fraude electoral y ha presentado actas oficiales como prueba de un supuesto triunfo.
Este anuncio llega mientras González Urrutia ha reiterado su intención de regresar a Venezuela el próximo 10 de enero, coincidiendo con el inicio de un nuevo período presidencial, y ha manifestado su compromiso de asumir su mandato.
El opositor respondió a la reciente comunicación de Saab a Interpol, difundida el 24 de octubre por el diario El Tiempo. “Este ataque sistemático responde a nuestro trabajo en el exterior. Estamos llevando el mensaje sobre el indiscutible deseo de cambio de los venezolanos, las violaciones de derechos y las próximas acciones, a las instancias decisorias de todo el mundo”, escribió en sus redes sociales. “La voluntad del pueblo venezolano es ampliamente reconocida y será respetada. Trabajamos para que así sea”.
El Ministerio Público venezolano ha reiterado su solicitud de captura internacional, aunque no se ha especificado cuándo fue presentada la primera petición. González Urrutia dejó Venezuela tras una negociación que, según él, firmó bajo presión del presidente del Parlamento, Jorge Rodríguez, y la vicepresidenta, Delcy Rodríguez. La reunión, que tuvo lugar en la residencia del embajador español en Caracas, incluyó un acuerdo mediante el cual el opositor se comprometió a reducir su perfil político. Así, tras obtener asilo, llegó a España el 7 de septiembre. Dicho acuerdo también incluía su aceptación de la sentencia del Tribunal Supremo que ratificaba la reelección de Maduro, quien no ofreció resultados detallados de los comicios.
Diosdado Cabello, ministro de Interior y figura prominente del chavismo, respondió a los planes de regreso de González Urrutia con amenazas: “Estoy puliendo las esposas”, comentó en su programa de televisión, insinuando que el opositor sería arrestado al regresar.
Tras su salida, Maduro moderó el tono hacia su rival, quien solía ser objeto de críticas en televisión. El fiscal incluso anunció la posible gestión de cierre del caso que motivó la orden de captura. En ese momento, se acusaba a González Urrutia de delitos como conspiración, falsificación de documentos y usurpación de funciones, cargos que aún figuran en la solicitud a Interpol. Dos meses después, el opositor ha sido recibido por representantes de varios países, ante quienes ha denunciado su experiencia tras las elecciones y reafirmado sus planes de asumir el cargo el 10 de enero.
Esta fecha representa un punto de tensión clave en el conflicto político venezolano, que pondrá a la comunidad internacional en la posición de decidir si reconoce o no al Gobierno de Venezuela. Hasta ahora, la comunidad ha esperado los resultados de una mediación impulsada por Brasil, Colombia y México, aunque los esfuerzos no han logrado superar el estancamiento político en el país.
“Estamos listos para presentarnos a la juramentación el 10 de enero en Caracas, junto con el respaldo de la mayoría del pueblo venezolano y el apoyo de buena parte de la comunidad internacional”, declaró González Urrutia. El excandidato permaneció bajo resguardo durante un mes antes de partir, mientras el Gobierno intensificaba las detenciones de líderes opositores y ciudadanos críticos a la proclamación de Maduro, con más de 1,700 personas detenidas. La líder de la oposición María Corina Machado también pasó a la clandestinidad; aunque algunos funcionarios aseguran que ha abandonado el país, ella insiste en que permanece en Venezuela.