El empresario Víctor de Aldama, actualmente en el centro de la polémica tras declarar la semana pasada en la Audiencia Nacional, tuvo un papel crucial en la desarticulación de una célula yihadista dedicada a captar menores de edad entre Valencia y Zamora. La operación, llevada a cabo en agosto de 2023 por el Servicio de Información de la Guardia Civil en colaboración con la Dirección General de Vigilancia del Territorio (DGST) de Marruecos, permitió la detención de dos individuos y la liberación de al menos una decena de jóvenes que estaban siendo adoctrinados en los postulados del terrorismo yihadista.
Según información publicada en exclusiva por El Debate, la colaboración de Aldama fue determinante para el éxito de la operación. El empresario proporcionó material tecnológico que resultó imprescindible para ubicar y posteriormente localizar a los miembros de la célula, quienes operaban de forma «concertada y coordinada en el ámbito virtual». Los detenidos, residentes en Benavente (Zamora) y Cullera (Valencia), utilizaban las redes sociales para identificar a menores con vulnerabilidades psicológicas y proceder a su captación. Posteriormente, las víctimas eran introducidas en un grupo privado administrado por los dos individuos, donde comenzaba el proceso de adoctrinamiento y radicalización.
La polémica sobre la condecoración
La participación de Aldama en esta operación se produjo después de haber sido condecorado por la Guardia Civil. Sin embargo, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado su intención de revocar dicha distinción. Este movimiento ha generado controversia, especialmente porque el ministro no ha reconocido públicamente la colaboración del empresario en este caso de alto impacto para la seguridad nacional.
La medalla otorgada por la Benemérita suele reservarse para quienes realizan aportaciones significativas en operaciones clave, como fue el caso de Aldama. No obstante, la intención de retirársela ha desatado un debate sobre la falta de reconocimiento a quienes, pese a no pertenecer al cuerpo policial, contribuyen de manera decisiva en la lucha contra el terrorismo y otras amenazas.
Una operación compleja y coordinada
La investigación liderada por la Guardia Civil, en conjunto con la DGST marroquí, fue parte de un esfuerzo transnacional para combatir la radicalización de jóvenes a través de internet. Los materiales aportados por Aldama permitieron rastrear las actividades virtuales de la célula y recopilar pruebas que fueron determinantes para las detenciones.
Los dos individuos arrestados eran considerados los cabecillas de una trama que extendía sus tentáculos a otras células yihadistas repartidas por el país. La operación destacó por su precisión, no solo al desarticular la red, sino también al rescatar a las víctimas de un proceso de adoctrinamiento que las podría haber llevado a participar en actividades terroristas.
Mientras se debate la retirada de su condecoración, el papel de Víctor de Aldama en este caso pone de relieve la importancia de la colaboración entre el sector privado y las fuerzas de seguridad en la lucha contra amenazas globales como el terrorismo. La controversia alrededor de su medalla abre una discusión más amplia sobre el reconocimiento y apoyo a quienes contribuyen a salvaguardar la seguridad pública en España.