Víctor de Aldama, conocido empresario, ha vuelto a ser el centro de atención al comparecer ante el Tribunal Supremo por el llamado Caso Koldo. Durante más de tres horas, Aldama reiteró sus acusaciones contra el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, y su exasesor, Koldo García, presentando además fotocopias de mensajes de WhatsApp como prueba.
El empresario llegó al tribunal acompañado de su abogado y del líder de ‘Desokupa’, Daniel Esteve, quien conducía el vehículo. A pesar de la expectación mediática, Aldama se retiró sin hacer declaraciones tras su extensa comparecencia.
El magistrado Leopoldo Puente fue el encargado de tomar declaración a Aldama, quien días antes había escuchado la versión de Ábalos. El exministro negó categóricamente las acusaciones, afirmando no haber recibido comisiones ilegales ni haber favorecido adjudicaciones públicas a Aldama. Sin embargo, el empresario sostiene que pagó millones en comisiones tanto a Koldo como a Ábalos.
La declaración de Aldama es parte de una estrategia para colaborar con la justicia a cambio de beneficios legales. Ha acusado a altos cargos del gobierno de participar en un esquema de comisiones ilegales relacionadas con contratos de mascarillas durante la pandemia de 2020. Según Aldama, estos acuerdos incluían la promesa de un piso en el Paseo de la Castellana como garantía de pagos futuros.
El caso ha captado la atención pública debido a las implicaciones políticas y económicas. La Fiscalía Anticorrupción está evaluando las pruebas presentadas por Aldama para determinar su validez y posible impacto en el caso. Mientras tanto, Koldo García, quien también está bajo investigación, se prepara para declarar ante el Supremo, donde se espera que ofrezca su versión de los hechos.
García, detenido en febrero, ha mantenido silencio hasta ahora, pero fuentes cercanas indican que planea aclarar su papel en la trama, negando tener poder de decisión sobre los contratos investigados. Su testimonio podría ser crucial para desentrañar la compleja red de relaciones y acuerdos que se sospecha existieron entre los implicados.
El desenlace de este caso podría tener repercusiones significativas para los involucrados y el panorama político español, ya que pone en cuestión la integridad de procesos de adjudicación pública y la transparencia en la gestión gubernamental.