El exguardameta del FC Barcelona abandona el banquillo del conjunto abulense tras solo cuatro partidos dirigidos. Su repentina salida ha causado sorpresa en el club.
La etapa de Víctor Valdés al frente del Real Ávila ha sido tan breve como inesperada. Apenas cuatro encuentros —dos en fase regular y dos en promoción— han bastado para que el exguardameta azulgrana decidiera poner fin a su vinculación con el club castellano, dejando atónitos a directivos, plantilla y afición.
El técnico catalán, que llegó con ilusión tras cuatro años alejado de los banquillos, comunicó su decisión una vez concluida la temporada. Pese a un balance equilibrado de dos victorias y dos derrotas, y una actuación competitiva que no logró culminar con el ascenso a Primera RFEF, Valdés optó por dar un paso al costado.
“La decisión estaba tomada desde hace días”, aseguran fuentes cercanas. Y es que, aunque el Real Ávila confiaba en su continuidad para la próxima campaña —tenía contrato en vigor—, el exfutbolista explicó tras su salida que perseguía «algo más», un fútbol «más profesional». El club milita actualmente en Segunda RFEF, la cuarta categoría del fútbol español, con limitaciones evidentes en cuanto a presupuesto e infraestructura.
El anuncio cogió por sorpresa a la directiva, que expresó «incredulidad y asombro» en un primer momento, aunque reconoció y respetó la decisión personal de Valdés. Su marcha no solo deja un hueco en el banquillo, sino también en un proyecto deportivo que aspiraba a consolidarse en las alturas de su categoría.
La salida de Joan Farias, otra baja sensible
La renuncia del entrenador se suma a la de Joan Farias, director deportivo y principal valedor de Valdés en el club. El brasileño, que llegó procedente del fútbol profesional —donde trabajó en el CD Leganés—, también se despidió del Real Ávila tras el cierre de temporada. Aunque su salida no está directamente vinculada a la del técnico, ambos abandonan el proyecto en un momento clave.
Farias fue quien convenció al excancerbero para retomar su carrera en los banquillos, después de su abrupta salida del Horta en 2021. Su marcha supone otro contratiempo para una entidad que ahora se ve obligada a reconstruir su dirección deportiva desde cero.
El futuro de Valdés en los banquillos vuelve a quedar en el aire, mientras en el Adolfo Suárez se abre un nuevo proceso de reflexión y reconstrucción de cara a la próxima campaña.
