La desesperación al otro lado de la frontera tras once meses de bloque del paso fronterizo de entre Castillejos y Ceuta se está traduciendo en concentraciones y disturbios en Castillejos y Tetuán
La noche se presenta complicada al otro lado de la frontera. Tras la concentración ciudadana a última hora de la tarde en Castillejos, se han ido sucediendo disturbios y concentraciones espontáneas en la ciudad fronteriza con Ceuta y también en Tetuán.
En Castillejos se han visto barricadas incendiadas cortando calles y enfrentamientos a pedradas con la gendarmería, que previamente ha cargado con violencia en la concentración de protesta que tuvo lugar al final de la tarde de este mismo viernes.
Tras los disturbios, reside el hartazgo de una población que desde antes de la pandemia vivía en unas condiciones socioeconómicas muy complicadas. El fin del contrabando de mercancías entre ambas fronteras que impuso Marruecos golpeó las economías familiares de muchas personas a un lado y al otro de la valla. La pandemia ha venido a agravar la situación debido al bloqueo permanente de los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla. A las miles de personas que vivían del porteo, se sumaron los y las trabajadores/as transfronterizos y muchas otras personas que a diario cruzaban la frontera para buscarse la vida como buenamente podían.
Desde marzo de 2020, todas estas personas -y sus familias- que vivían del circuito económico que durante décadas se construyó en torno a Ceuta y Castillejos (y del que también se beneficiaban Rincón, Martil, Tetuán o Tánger) se han visto sin otra alternativa de subsistencia. Un indicativo de la desesperación que sufren muchas de estas personas se puede apreciar en que los casos de adolescentes, jóvenes e incluso adultos, oriundos de la zona norte de Marruecos que desaparecen en el mar se están produciendo con una frecuencia escalofriante.
En las concentraciones que se están produciendo, sobre todo en Castillejos, los manifestantes lamentan que el Gobierno de Marruecos prometió que les daría una solución que, tras casi once meses, sigue sin estar cerca.
Es una revuelta por el fin de la colonización de Ceuta y Melilla, nada que ver con la situación económica.
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