Durante el mediodía del pasado domingo, un hombre de mediana edad de nacionalidad tunecina consiguió burlar la frontera hispano-marroquí a nado. Desgranamos la situación de Túnez y como Ceuta se convierte en puerta de entrada a Europa para las personas tunecinas
En un vídeo al que ha tenido acceso El Foro de Ceuta en exclusiva se puede ver cómo un hombre, de mediana edad, corre por la playa de Benzú tras haber pasado el espigón-frontera que divide el territorio entre los dos países. La guardia marroquí en una zodiac intentaba cortarle el paso y detenerle, pero el hombre, nacido en Túnez, lograba llegar a territorio español sano y salvo.
Tras la carrera del hombre, era la Guardia Civil de tierra quien lo interceptaba y alertaba a la Cruz Roja y a la Policía Nacional. Una vez activado el protocolo, y tras ser atendido por el ERIE de Cruz Roja, fue trasladado a las dependencias de la Policía Nacional, donde se le filió y se le abrió un expediente de expulsión, y se le dio entrada en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), donde podrá pedir asilo o protección internacional.
La situación en Túnez
Pese a que se intenta hacer creer que Túnez es un puerto seguro para el desembarco de los migrantes rescatados en el Mediterráneo, la realidad es que el país se encuentra en estado de emergencia. Así lo explican en el ministerio de Interior explican que «a raíz de los atentados terroristas contra objetivos turísticos y fuerzas de seguridad del Estado en 2015, las autoridades tunecinas declararon el estado de emergencia y pusieron en marcha una serie de medidas para reforzar la seguridad. El estado de emergencia ha sido prorrogado en sucesivas ocasiones y sigue vigente en todo el territorio del país».
En declaraciones a El Mundo, Rosa Otero, asesora de Comunicación del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) explica que «Túnez es un país ubicado en una región volátil, que al tener a Libia como país vecino experimenta un importante número de entradas y salidas del país huyendo de los combates».
La emigración tunecina
Ya desde 2011 un estudio de la Red Euromediterránea de derechos humanos, señalaba que se presentaba a Europa una imagen económica y social de Túnez falseada que influía de manera fundamental en las relaciones de Europa y Túnez. Según el estudio «el país no era capaz de producir empleos suficientes, solo podía funcionar el «milagro económico» con la producción de emigrantes«. Por este motivo, según explican «la emigración constituye un elemento central en la gestión del exceso de supernumerarios y de los disfuncionamientos del modelo económico tunecino: algo que ambos lados del Mediterráneo han procurado callar siempre».
A lo que explica el estudio de la Red Euromediterránea, habría que sumar que hubo un relajamiento de la seguridad en las aguas costeras y puertos de Túnez tras la caída de Ben Ali (2011), lo que provocó que el flujo migratorio aumentase. Se estima que más de 28.000 tunecinos salieron por vía marítima del país tras la revolución.
Tras una bajada considerable de la emigración tunecina entre 2012 y 2016, hubo un repunte a mediados de 2017. Las causas de esta salida de tunecinos de su país de manera irregular se encuentran en la difícil situación económica que vivía el país (una tasa de desempleo que rondaba el 15% y el 30% entre los jóvenes, la economía sumergida y la falta de oportunidades).
Ceuta, puerta de entrada de tunecinos a Europa
Según un informe del Forum Tunisien pour les Droits Economiques et Sociaux (FTDS), una ONG independiente que busca defender los derechos económicos y sociales en el ámbito nacional e internacional, se estima que más del 90% de los migrantes que salen de Túnez son tunecinos.
En declaraciones a EFE, el portavoz de la FTDES señalaba que «por primera vez hemos observado que los tunecinos optan cada vez más por España, es más barato y además no hay repatriación porque no existen acuerdos bilaterales entre los dos países».
En el estudio se señala además que, de las 1.019 personas migrantes tunecinas que han llegado a España en los primeros seis meses de 2019, 429 lo han hecho por España, mientras que durante todo el 2019 lo hicieron 518, una clara tendencia al alza.