Uno de los momentos más importantes de una campaña electoral es cuando los y las candidatas se ven cara a cara. Los debates son la salsa de la democracia. En los debates se ve el talante, el temple y la experiencia de quienes disputan representar a la ciudadanía en las instituciones. Sin debate no hay contraposición de ideas ni enriquecimiento mutuo. Un debate puede ser decisivo en unas elecciones o no servir para nada.
La Radio Televisión Pública de Ceuta (RTVCE) ha sido la encargada de organizar el debate de las Generales. Cristina Díaz, su directora general, la responsable de llevarlo. En el plató, un fondo gris con la fachada del Parlamento en la pared. Cinco atriles dispuestos en semicírculo y mucha calma tensa.
Como dato curioso, Ceuta es la única ciudad en la que Vox está invitado a debatir en una televisión pública. La única ciudad en la que se ha denunciado a la Junta Electoral de Zona (JEZ) que un partido sin representación pueda participar. Y la única ciudad en la que la JEZ ha permitido que participe en el debate.
Un debate «sin pena ni gloria«
El nivel general del debate ha sido flojo sin llegar a ser mediocre. Varias interrupciones mutuas y pequeños encontronazos, mismas propuestas ya expuestas en campaña y algunos zascas entre candidatos.
Un debate muy poco fluido por las reiteradas interrupciones de la moderadora que marcaba los minutos y segundos que quedaban a cada candidato o candidata mientras estos exponían sus ideas. Como espectadores se ha echado de menos un contador para saber si se han respetado los tiempos y cuánto se han pasado cada uno.
La dinámica del debate ha sido cuestionable, escasos 2 minutos para cada candidato al comienzo de cada bloque y tras eso, los protagonistas debían «pedir la vez» para proseguir con los turnos de palabra. Algunos de los responsables de los partidos han comentado la poca organización y la falta de reuniones previas de preparación del mismo, así como que el debate se haya celebrado el viernes de cierre de campaña a las 21:00h.
Los bloques que se han tratado: inmigración y bienestar social, sanidad y educación, economía y empleo e integridad del territorio nacional.
La actitud de los y las candidatas
Los cinco candidatos se enfrentan por primera vez a un debate. Pero no todos tienen la misma experiencia. De izquierda a derecha, están Podemos, PP, Ciudadanos, Vox y PSOE.
Sara Abdeselam Ahmed, candidata de Podemos, y principal revelación de la cita. Con sus 21 años se muestra templada y convencida de sus propuestas, durante el debate tira de papeles para afianzar sus ideas. A su derecha está Guillermo Martínez, candidato del Partido Popular, es el mas veterano en política y acostumbrado a debatir, se nota. Mantiene la compostura en todo momento y un tono muy neutro. A continuación, está Tamara Guerrero, candidata de Ciudadanos, con la lección muy bien aprendida muestra con firmeza las propuestas de su partido, se la nota muy cómoda en el debate. Tras ella, está Rafael Rodríguez Valero, candidato de Vox, con una actitud tranquila y algo indiferente, se le ha visto muy centrado en el Puerto sin olvidar el discurso de su partido. En el extremo, José Simón, candidato del PSOE, ha mostrado la pasión de quien defiende algo en lo que cree con todas sus fuerzas.
La actitud de quienes les acompañaban
Durante el debate, periodistas de algunos medios y acompañantes de los y las candidatas aguardaban en otro plató. Sillas y un plasma para seguir el debate en directo. Ciudadanos, Partido Popular y Podemos compartían comentarios. Vox se mantenía distante del resto y PSOE comentaba la jugada con algunos periodistas. Un ambiente distendido, en el que se escucharon cuchicheos, risas y se tomaron muchas notas.