Por suerte, cada vez son más los que se unen en la lucha por ofrecer una oportunidad a los gatos callejeros y ejemplo de ello es ‘Huella Animal Ceuta’, una plataforma que, a pesar de sus escasos recursos humanos y económicos, no cesa en su esfuerzo diario por intentar salvar y mejorar la vida de estos increíbles felinos
Hay tareas que no tienen precio, pero nacen desde el corazón y se llevan a cabo aunque a veces el esfuerzo solo se recompense, a veces, con lágrimas e impotencia. Es el trabajo que realizan muchas de las voluntarias de la ciudad que ayudan a los gatos callejeros, aquellos felinos a los que muchos miran con desprecio e incluso con una reacción violenta. Ellas son incansables en su tarea de intentar ofrecerles una vida algo mejor a la que les ha tocado vivir. Con solo su esfuerzo y voluntad, algunas de ellas ni siquiera tienen recursos económicos, cada día ‘roban’ tiempo a sus familias y amigos para poder dedicárselo a ellos, a los gatos que sobreviven en las calles. Pero su función no se dedica únicamente a la alimentación. Las voluntarias también rescatan animales que requieren asistencia veterinaria, recaudan los gastos para su atención o buscan casas de acogida y adopciones.
Estas acciones han derivado en el nacimiento de algunas asociaciones o plataformas integrada por voluntarios que se han unido por su amor a los animales. ‘Huella Animal Ceuta‘ es una de estas plataformas surgidas a raíz de estas necesidades. Su impulsora es Sabah El Haman. A su regreso a Ceuta desde el extranjero constató la cruda realidad a la que se enfrentan los gatos a diario en la ciudad. «Yo vivía en Bruselas y no fue hasta mudarme a Ceuta cuando me di cuenta de la situación tan crítica que hay aquí con los gatos callejeros». Fue ahí donde Sabah comenzó la gran odisea que le ha llevado a ayudar a gatos de colonias, abandonados, heridos, enfermos. «Empecé rescatando uno, Suso, de la explanada del Chorrillo, fue encariñarme y adoptarlo. Por aquel entonces aún no estaba muy metida en el mundo gatuno, hacía esta labor individualmente y sin ayuda de nadie, ya que al tenerlos conmigo un par de días ya los consideraba ‘mis gatos’.
Su primer contacto con Suso le llevó a más y así Sabah se fue introduciendo poco a poco en la dura tarea de ofrecer su esfuerzo para ofrecerles una oportunidad. «Esto fue a más, fui acogiendo y adoptando hasta llegar a ocho gatos, pero me quedé sin trabajo y seguían pasándome casos de los que económicamente no podía hacerme cargo, pero tampoco podía dejar al animal en esas condiciones con lo que pensé en la idea de crear una página y dar difusión a todos aquellos casos que voy encontrando. Debido al confinamiento, he tenido mucho más tiempo y he dedicado mis escasos medios a ellos».
Huella Animal no dispone de ninguna subvención y los numerosos gastos que le van surgiendo proceden de ayudas de particulares y de los sorteos de artículos, aunque no es suficiente para cubrir las necesidades de estos animales, en gran parte gastos veterinarios, debido a las condiciones en que se encuentran en la calle. «La mayoría tienen rino y algunos, debido a la infección, llegan incluso a perder los ojos».
Pero también son demasiado frecuentes los abandonos de gatos, animales que, después de toda una vida en un hogar, terminan desorientados en la calle, sin saber el por qué su mundo de seguridad ha cambiado ahora por el ajetreo de la calle, el ruido, los coches y la gente que, en muchas ocasiones, quieren dañarles. Ellos necesitan una acogida o adopción urgente ya que muchos no superan el vivir en la calle y terminan dejándose morir de tristeza o bajo las ruedas de un vehículo en mitad de la carretera. Pero no son muchas las casas de acogida disponibles o las adopciones, especialmente en el caso de gatos ya adultos. «Estoy prácticamente sola», lamenta Sabah. «Tengo mucha ayuda de Erika Ayora porque me acoge a algunos gatos y hace recaudaciones para ellos y les consigue adopción y Sara que me ayuda con los rescates. Mi casa y la de Erika y son las únicas casas de acogida que tienen. Las colonias no están en condiciones para dejar gatos enfermos y no hay muchos particulares que nos ayuden».
En estas condiciones, las tres voluntarias tienen que hacer verdaderos esfuerzos para sacarlos adelante y que historias como la de Grey lleguen a buen término. Grey es una cría de tres meses que fue encontrado en la calle en unas condiciones extremas. Delgado, deshidratado y prácticamente con un hilo de vida, solo el tesón de estas voluntarias ha conseguido salvar su vida y, tras una acogida temporal, hoy parece que Grey conocerá a su familia definitiva. Pero no todos tienen la misma suerte, según relata Sara Abdel Lah, otra de las personas que se deja la piel día a día por ellos. «Hay zonas de la ciudad en la que los gatos están muy mal. La Ciudad tendría que ofrecer más ayudas y dejar de poner trabas porque su trabajo es mantener a los animales controlados«. Así de crítica se muestra esta voluntaria que también lanza un reproche al servicio de recogida de animales. «Hay gatos que lo necesitan y no vienen, siempre poniendo excusas. Están para recoger animales y tienen que acudir cuando se les llame».
Sara recuerda casos como el de un «gato que se estaba asfixiando de lo enfermo que estaba y no vino ni ayudó nadie» o el de otro felino que estuvo de acogida con Sabah hasta que se recuperó y volvieron a soltarlo a la calle. «Pero el pobre animal se había acostumbrado a vivir en una casa y se tiró varios días llorando en la calle hasta que lo tuvo que recoger de nuevo».
Numerosos casos que para cada una de estas voluntarias cobra una especial importancia por estar en juego el bienestar del animal y, en en algunos casos más extremos, su vida.
Cada día se enfrentan a innumerables contratiempos, pero uno de ellos es la falta de recursos humanos para llegar a todos los casos. «Necesitamos más personal que se ocupe de estos animales, un refugio o santuario en condiciones con personas que trabajen en él, los voluntarios estamos saturados. También sería necesaria una campaña de TNR más eficaz con un equipo más grande para cazar y ayuda económica, que los gastos médicos de estos animales los pague el Gobierno y no los particulares», comenta Sabah.
Y a pesar de todo, ellas siguen al pie del cañón para sacar de las calles al mayor número posible de animales, tanto es así que sus vistas van más allá de Ceuta, hacia el país vecino. «Hacemos rescates ‘a distancia’ de casos en Marruecos viendo la situación de ese país. Hemos rescatado un perro y una perra. Una viaja a Bélgica, donde ya tiene adopcion. El otro sigue en un refugio y, en cuanto se abran las fronteras, lo traeremos y buscaremos familia«. Sabah tiene en mente ampliar el número de posibles adoptantes en el extranjero y no descarta trasladarse «en persona» hasta protectoras de otros países para dar a conocer la situación de los gatos de la ciudad. «Ya les he mandado correos a algunos, pero ahora están saturados y mi idea es ir a estos lugares y plantearles cómo estamos aquí».
Así es el trabajo de estas voluntarias, duro pero constante. Y para continuar con él requieren del apoyo de todos, de ello depende arrancar de la calle a uno de estos indefensos animales.
Para ayudar a la asociación ‘Huella Animal Ceuta’ se puede colaborar de las siguientes maneras:
-Dejar un donativo en la clínica veterinaria Fauna.
-Donaciones en la cuenta ES9700730100510622871556
–Paypal: huellaanimalceuta@hotmail.com (Seleccionar ‘ENVIAR DINERO A AMIGOS O FAMILIARES’)
–Bizum: 610 88 47 05
–Teaming: https://www.teaming.net/huellanimalceuta