Tras una jornada marcado por las temerarias aglomeraciones que se produjeron en las playas principales de la ciudad, este domingo hemos amanecido con la primera consecuencia de esos aforos desproporcionados: el arenal de la playa de El Chorrillo lleno de basura y el viento arrastrando los residuos al mar. Así tampoco Ceuta.
Poco parece que hemos aprendido en Ceuta de estos tres meses de confinamiento obligado por el asedio al que nos ha sometido un enemigo microscópico, pero implacable. En las primeras semanas de cuarentena celebrábamos que el cese obligado de algunas industrias y la reducción del tráfico rodado mejoraban la calidad del aire en las ciudades e incluso permitían volver a ver paisajes que la polución parecía haber difuminado para siempre. Sin embargo, ahora que superamos las primeras semanas de desescalada, hemos tardado muy poco en volver al punto en el que estábamos antes de la COVID-19 en lo que a nuestra actitud con el cuidado de nuestro entorno se refiere.
Para muestra este botón o esta playa, la de El Chorrillo. Durante el sábado, este medio informó de que la playa de Benítez, y las de La Ribera y El Chorrillo, presentaban un nivel de aforo temerario teniendo en cuenta que seguimos acechados por el coronavirus. Poco más de 12 horas después, nos hacen llegar estas lamentables imágenes de cómo ha amanecido el arenal de la playa de El Chorrillo: lleno de desperdicios, desechos y demás basura. Restos que en muchos casos tienen como destino el mar.
Pero no solo ha sido esta playa. Según ha podido saber este medio, estos hechos se han repetido en otras zonas de baño de la ciudad. El consejero de Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Yamal Driss, en declaraciones a El Foro de Ceuta, lamenta la actitud de los/as bañistas e insiste en hacer hincapié en la importancia de la colaboración ciudadana; aún más, si cabe, en tiempos de pandemia, donde la higiene es una de nuestras armas para combatir al virus.
Y es que es habitual ver a personas que ni se molestan en recoger su basura y la dejan en pleno arenal. En otros casos, con buena voluntad, se dejan las bolsas junto al contenedor porque este está lleno, pero esta práctica tampoco es adecuada: el viento o los animales -gaviotas sobre todo- pueden acabar desparramando los desechos en la arena y/o en el mar. Desde la Consejería recomiendan que en estos casos se busque otro contenedor que no esté lleno, puesto que hay uno colocado «cada 10 o 15 metros«. Y si se diese la circunstancia de que todos estuviesen a rebosar, también hay contenedores grandes cerca de los accesos a las playas en los que podemos tirar nuestra basura. No hay excusas para no hacerse responsable de los desperdicios que generamos ni podemos echarle la culpa a los demás, todos/as los/as ceutíes debemos asumir el compromiso de cuidar nuestro entorno.
Esto ya ocurría todos los fines de semana del verano pasado. Yo lo denuncié al consejero de Medio Ambiente, porque las papeleras y contenedores de basura son claramente insuficientes para la gente que van a la playa los fines de semana. He visto a la gente responsablemente dejando en los contenedores su restos hasta que ya no cabían, luego la gente lo van acumulando alrededor de los mismos, lo malo es que, además de la escasez de contenedores, o no hay servicio de recogida o este llega después de que las gaviotas se hayan dedicado a esparcir las basuras y plástico por toda la playa. Así que me parece bien denunciar a los maleducados e irresponsables, pero a los primeros que hay que denunciar es a nuestras autoridades y a los responsables del servicio de limpieza.