La barriada celebra las primeras mejoras tras años de espera, pero alerta sobre la falta de ritmo y coordinación en las actuaciones
La barriada ceutí de Villajovita ha comenzado a experimentar las primeras actuaciones de mejora tras años de demandas vecinales al Gobierno local. La reubicación de contenedores, los trabajos de desbroce y la señalización del futuro parque infantil son algunos de los avances visibles. Sin embargo, la satisfacción de los vecinos convive con la inquietud por la lentitud y la descoordinación en la ejecución.
“Estamos contentos porque se está actuando, pero con incertidumbre”, reconoce Linsandin Mohamed, presidente de la Asociación de Vecinos de Villajovita. La comunidad agradece haber sido escuchada, pero teme que el impulso inicial se estanque, como ha ocurrido en ocasiones anteriores.
Avances que generan ilusión… y dudas
Uno de los logros más destacados es la reubicación de los contenedores de residuos. No obstante, los nuevos contenedores de reciclaje aún no han sido instalados, lo que ha provocado un problema de espacio: tanto el antiguo como el nuevo emplazamiento están inhabilitados para otros usos, como el aparcamiento. “Hay una descoordinación”, lamenta Mohamed.
En paralelo, ya se ha delimitado el espacio destinado a un parque infantil, una demanda histórica del vecindario. Se espera que las obras comiencen esta misma semana. Además, en la calle Rodríguez Berlanga se han realizado labores de limpieza y desbroce, aunque los vecinos insisten en que es necesario un plan más ambicioso que incluya asfaltado, renovación de alcantarillado, alumbrado público y creación de zonas de estacionamiento.
Mejoras puntuales, retos persistentes
En cuanto al servicio de limpieza, los residentes reconocen mejoras desde la última reunión con el Gobierno local. Aun así, señalan fallos puntuales, como la ausencia de servicio el sábado pasado. “El domingo, al retomarse, el barrio quedó muy curioso”, comenta Mohamed.
La iluminación pública sigue siendo una asignatura pendiente. Una farola en la calle Calderón de la Barca lleva más de diez días sin funcionar, sin que se haya ofrecido una solución concreta. “No hay negativa, pero tampoco acción”, denuncia el presidente vecinal.
Otra preocupación gira en torno al mobiliario urbano. De las 25 papeleras prometidas, solo se ha instalado una, y en un lugar poco útil. Los vecinos no critican que sean de segunda mano, pero sí piden que se coloquen en zonas más transitadas. “Vienen, hacen las cosas en la forma que ellos creen que están bien y se van”, añade Mohamed.
Supervisión real y compromiso político
Uno de los mayores escollos identificados por los vecinos es la diferencia entre lo que figura como ejecutado en los registros de la Consejería de Fomento y lo que realmente se ha llevado a cabo. “Al consejero le constaba que ya estaba hecho, por eso se supone que no venían. Pero no era así”, explica Mohamed, pidiendo mayor control y seguimiento.
A pesar de las demoras, la relación con la Consejería de Fomento, encabezada por Alejandro Ramírez, sigue siendo cordial. “No queremos que se contamine esa buena conexión que hemos logrado. Solo pedimos que se revise si se están cumpliendo las órdenes de trabajo que ha dado”, recalca.
Un barrio con potencial… y muchas barreras
La Asociación de Vecinos insiste en que Villajovita puede ser un barrio ejemplar: bien ubicado, con playa cercana y parques en los alrededores. Pero la realidad, denuncian, es que los accesos son precarios, hay barreras arquitectónicas y falta limpieza y mantenimiento. Muchos compromisos de accesibilidad siguen sin cumplirse.
Aunque aún queda mucho por hacer, los vecinos se aferran al optimismo. “Vamos lentos, pero vamos funcionando”, concluye Mohamed, con la esperanza de que esta vez las promesas sí se conviertan en realidad.
