Por Maria Pereira
En los conflictos militares las mujeres sufren una doble victimización. Al horror de las consecuencias de las guerras, en el caso tanto de las mujeres como de las niñas, se les suma las violaciones y agresiones sexuales. Ucrania, al igual que otros muchos países que han vivido algún conflicto militar, es testigo de ello
Entramos en el tercer mes de invasión rusa. En un momento en el que las tropas rusas comienzan a replegarse para concentrar sus esfuerzos en la zona del Donbás, los daños de la guerra comienzan a aflorar. Además del horror y las muertes, las violaciones a mujeres han comenzado a salir a la luz, demostrando que estas continúan siendo botines de guerra independientemente de los marcos legales vigentes que penalizan dichas agresiones o de los propios avances en derechos humanos.
En las guerras los derechos humanos caen en el olvido y en el caso de las mujeres los daños se duplican. El presidente ucraniano, Volodomir Zelensky, ha denunciado “cientos de violaciones incluso a niñas pequeñas, incluidas bebés” como víctimas de estos actos desde que comenzó la invasión rusa en las zonas ocupadas. A las palabras de Zelensky se les suma también las del alcalde de Bucha, quien ha reportado “el abuso sexual de 25 jóvenes ucranianas en un mes”.
Estas declaraciones han sido reiteradas por la defensora del pueblo de Ucrania, Liudmila Denisova, quien denunció la existencia de un sótano ubicado en Bucha donde se encuentran secuestradas estas 25 mujeres, de entre 14 y 24 años. Nueve de ellas actualmente están embarazadas como consecuencia de las constantes violaciones de los rusos. Denisova ha agregado que “los soldados rusos les dijeron que las violarían de tal manera que no querrían tener relaciones sexuales con ningún hombre para evitar que tengan hijos ucranianos”.
El horror de la Guerra de Ucrania no es solo el que vemos en cada ataque, ola de refugiados o masacre. Hay otro drama silencioso que poco a poco va saliendo a la luz: miles de mujeres y niñas usadas como botín de guerra, agredidas y la mayoría de veces violadas. Algo que por desgracia se repite en la mayoría de conflictos bélicos.
Describir esta situación es la antagonía del bienestar, es un recordatorio a nuestras conciencias de hasta dónde puede cambiar la vida en cuestión de semanas y una llamada a la solidaridad con los millones de mujeres que están siendo arrasadas en Ucrania. La guerra, cualquiera, es un sinsentido y un horror que afecta a todas las partes implicadas, pero que se suele cebar de forma especial con las mujeres, niños, ancianos y desvalidos del bando atacado.
Cada vez llegan más testimonios y pruebas de violencia sexual en las zonas de guerra: violaciones en grupo, asaltos a punta de pistola y agresiones y violaciones cometidas con niños, o delante de ellos, son algunos de los testimonios más sombríos denunciados y que comienzan a ser recogidos por los investigadores de Naciones Unidas en las zonas que se van recuperando. “La combinación del desplazamiento masivo con la gran presencia de reclutas y mercenarios, y la brutalidad mostrada contra los civiles ucranianos, ha levantado todas las banderas rojas”, ha dicho Sima Bahous, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres.
Elena (nombre falso de un testimonio recogido por la agencia AFP) es una de esas víctimas de violencia sexual. Acusa a dos soldados rusos de haberla violado durante 13 horas, después de haberla seguido a la salida de una tienda: “No me dio tiempo a llegar a casa. Entraron por la puerta detrás de mí. No tuve tiempo de coger mi teléfono, no tuve tiempo de hacer nada. Simplemente, en silencio, me empujaron sobre la cama, me aplastaron silenciosamente con la ametralladora, me desnudaron. Fue asqueroso. Muy repugnante. No quiero vivir”.
Bucha: la mayor aberración con 25 niñas violadas
Dentro de los horrores descubiertos hasta ahora en cada zona liberada la ciudad de Bucha se alzaría tristemente con el mayor horror: según ha asegurado Liudmila Denisova, Defensora de los Derechos Humanos en Ucrania, a la cadena BBC y ha confirmado ayer el alcalde de la misma, Anatoliy Fedoruk, las fuerzas de Moscú abusaron sexualmente de 25 niñas y adolescentes durante un mes en un sótano.
Se trataría de menores de entre 11 y 14 años, de las que 9 quedaron embarazadas, según el relato de Denisova al diario The New York Times que Fedoruk ha confirmado. El alcalde no ha querido profundizar en el tema por respeto a la intimidad de las mujeres agredidas. “Tengo detalles, pero no puedo compartirlos”, ha declarado en una rueda de prensa en Kiev.
Mujeres y niñas como botín de guerra
El alcalde de Bucha confirma que las fuerzas de Moscú abusaron sexualmente de 25 niñas y adolescentes durante un mes en un sótano de la localidad ucrania.
La retirada de las tropas rusas de los alrededores de Kiev para concentrar su ofensiva en el sur y este de Ucrania no solo ha dejado imágenes de civiles muertos y edificios bombardeados, sino también un aumento de las denuncias de violencia sexual contra las mujeres. La Defensora del Pueblo ucrania, Liudmila Denisova; el alcalde de la localidad ucrania de Bucha, Anatolii Fedoruk; la agencia de la ONU dedicada a las mujeres y ONG como La Strada o Human Rights Watch se han hecho crecientemente eco de casos comprobados o denuncias de agresión sexual por parte de militares rusos.
El alcalde de Bucha ha confirmado este martes que las fuerzas rusas abusaron sexualmente de 25 niñas y adolescentes, de entre 11 y 14 años, durante el mes que las tuvieron encerradas en un sótano en la localidad, convertida en icono del horror por las imágenes de civiles muertos tras el repliegue ruso. Nueve de ellas quedaron embarazadas, según el relato de Denisova al diario The New York Times que Fedoruk ha confirmado. El alcalde no ha querido profundizar en el tema por respeto a la intimidad de las menores agredidas. “Tengo detalles, pero no puedo compartirlos”, ha declarado en un acto ante la prensa en Kiev. Además, ha desvelado que, en un caso aparte, un guarda fue violado y posteriormente asesinado, también en Bucha.
Agredir mujeres: un arma de humillación en la guerra
Pero por desgracia el caso de Ucrania no es una excepción en la Historia, las violaciones y vejaciones varias a las mujeres y niños son desde hace siglos un arma que los soldados emplean para aterrorizar y humillar a la población civil, y de paso, expresar el sometimiento al bando contrario a través de acciones humillantes.
Estos hechos aberrantes jamás podrán estar justificados, el dicho popular de ‘en el amor y en la guerra todo vale’ es una idea que debería ser borrada de la faz de la Tierra, pero para recordarlo también hay una serie de tratados internacionales que regulan los derechos humanos incluso en tiempos de guerra. Acaba de recordarlo la ONG Human Rights Watch (HRW) en un informe publicado hace unos días:
“Todas las partes del conflicto armado en Ucrania están obligadas a respetar el derecho internacional humanitario, o las leyes de la guerra, incluidos los Convenios de Ginebra de 1949, el Primer Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra y el derecho internacional consuetudinario. Las leyes de la guerra prohíben el asesinato intencionado, la violación y otros actos de violencia sexual, la tortura y el trato inhumano de los combatientes capturados y de los civiles bajo custodia. También están prohibidos el pillaje y el saqueo. Cualquiera que ordene o cometa deliberadamente estos actos, o que ayude o instigue a cometerlos, es responsable de crímenes de guerra”, denuncia HRW en un informe, en el que narra los presuntos abusos cometidos por las fuerzas rusas en algunos territorios de Ucrania.