Juan Vivas, presidente de la Ciudad, cree que la medida que ha levantado más asperezas ha sido la propuesta de eliminar la excepcionalidad al Tratado Schengen. «Se creó hace 25 años y ahora queremos eliminarla o revisarla profundamente, es razonable que surja el debate» ha valorado.
Juan Vivas ha reconocido que su documento de 140 medidas para el futuro de Ceuta no está teniendo una gran acogida entre los entes sociales y económicos de la ciudad. Para el presidente esto se debe principalmente al debate surgido en torno la idoneidad de eliminar, revisar o mantener tal como está la excepcionalidad al Tratado Schengen que permite la entrada de «veinte o treinta mil personas diarias en una ciudad de ochenta y siete mil habitentes» como el propio Vivas ha reseñado.
Para el presidente de los ceutíes, no hay debate puesto que «la realidad ha desbordado a la norma» que en forma de excepción se creó en la Ciudad Autónoma. Y es que, según Vivas, la norma habla de la conveniencia de mantener un «pequeño tráfico fronterizo» que para nada se acerca al volumen que actualmente tránsita a diario por la frontera del Tarajal.
Patronal, sindicatos y partidos contra varias de las 140 medidas
Sin embargo, esta postura no la comparten empresarios, sindicatos y el resto de formaciones políticas que sugieren que sería más conveniente apostar por otras vías como la inclusión de Ceuta en la Unión Aduanera o la exigencia al Gobierno de la Nación de un nuevo Tratado de Buena Vecindad con Marruecos.
En cualquier caso, Vivas vuelve a mostrarse plenamente convencido de sus 140 medidas y, como ya expresase durante uno de los últimos tres plenos consecutivos de la Asamblea de Ceuta, las defenderá aunque se quede «solo», especialmente, la medida más polémica de todas que no es otra que la citada anteriormente sobre la excepcionalidad al Tratado Schengen.
Por último, destacar que Vivas sigue confiando en que todos los sectores que han hecho críticas a su documento, aporten sus propias medidas o ideas, así como propuestas metodológicas, aunque. El presidente ha advertido que «este no puede ser el documento de todos», pero que se contenta con que, al menos, lo que refleja sí esté «compartido por todos».