El presidente de la Ciudad ha reiterado hoy, durante la sesión de control del Pleno de la Asamblea, que, frente al discurso del miedo y de la catástrofe, “que paraliza, incapacita y vence”, es necesario transmitir un mensaje de esperanza y de confianza en el futuro de Ceuta.
De esta forma ha respondido a la interpelación presentada por el Grupo Ceuta Ya acerca del contenido del tradicional mensaje navideño del presidente, emitido el pasado 24 de diciembre. Juan Vivas ha insistido que, en dicha intervención, se refirió a que los hechos que refutan que la ciudad tiene motivos para el optimismo, que se han producido avances notables, algunos de calado histórico, en la senda que tiene por finalidad la Ceuta que todos queremos y los ceutíes merecen, una Ceuta segura, estable, próspera, cohesionada; un camino “que tenemos que emprender juntos y unidos, con ilusión y esperanza. Se puede y se debe”, ha dicho en el Pleno.
“Creo que Ceuta necesita de mucha esperanza frente precisamente al discurso del miedo, de la catástrofe y de la derrota. Y lo hice porque creo que el miedo, el miedo como una sensación paraliza, incapacita y vence”, ha subrayado para criticar a quienes deslizan que Ceuta “ no puede aspirar a un futuro de estabilidad, de prosperidad, de cohesión o que esto no tiene arreglo”
“Yo creo todo lo contrario, que Ceuta tiene mucho futuro, fundamentalmente gracias a los ceutíes, que es el principal activo que tiene nuestra sociedad”, ha añadido el presidente para destacar que gran parte del futuro esperanzador es fruto “de la perseverancia de los ceutíes y del entendimiento y del encuentro entre Administraciones, al margen de siglas”, logros como la incorporación por primera vez de Ceuta a la Estrategia de Seguridad Nacional y por tanto a la mención específica de que Ceuta necesita de un apoyo especial por parte de la Administración General del Estado; a la aprobación de un plan integral para el desarrollo socioeconómico de Ceuta; a la cesión de suelo por parte del Ministerio de Defensa “ en una cantidad y en unas condiciones como nunca antes se había conocido”; al proyecto de conexión eléctrica de Ceuta con la península; a la desaparición de la economía del porteo que para algunos era el final de Ceuta; a la llegada de nuevas empresas, a la reactivación del puerto y a la exigencia del visado Schengen y lo que ha traído de control y de orden en el tránsito de personas por la frontera, entre otros asuntos.
Y también se ha referido el presidente al clima que ha propiciado afrontar crisis como nunca ha tenido Ceuta, “ clima del acuerdo, del entendimiento, del diálogo”, para argumentar la esperanza.
El presidente ha defendido su discurso “objetivo” y en el que no eludió los problemas de Ceuta, dada su realidad compleja y singular, “extraordinariamente exigente, que por razón de los condicionantes no tienen parangón en el resto de España”, entre los que se encuentran su reducida superficie, la falta de recursos naturales, el hecho fronterizo o la complejidad geopolítica, “unida al discurso de algunos que intentan dividirnos por razones de credo, de origen, unida al discurso de algunos que intentan minar la moral de los ceutíes, diciendo eso, que Ceuta no tiene futuro”.