Con motivo del primer aniversario de la crisis migratoria y humanitaria que vivió Ceuta hace hoy un año, cuando entre los días 17 y 18 de mayo llegaron a nuestra ciudad más de más de 12.000 personas migrantes, desde El Foro de Ceuta hemos hablado con el presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Vivas, para hacer memoria de cómo se vivieron aquellos momentos, así como dar un paseo para comprobar cómo ha repercutido este hecho en la sociedad ceutí en estos 365 días. Además, analizamos la reapertura de la frontera del Tarajal tras más de dos años de cierre y qué perspectivas de futuro tiene la ciudad.
Angustia, inquietud e incertidumbre
El presidente de la Cuidad, Juan Vivas, se baja de la bancada de la Asamblea para recordar estos momentos y reconoce que lo vivió «como el resto de la ciudadanía de Ceuta».
«Fue un momento de angustia, inquietud e incertidumbre: Ceuta tuvo el alma en vilo», remarca. Un sentimiento en el pueblo de Ceuta «plenamente justificado», y que según apunta el máximo representante del Gobierno de la Ciudad, tenía que traducirse en la toma de decisiones por parte de las instituciones, así como en la valoración de la situación. Para el presidente, no se trató de un «incidente estrictamente migratorio» de los que habíamos con conocido con anterioridad, sino que se trataba de «un claro intento de presionar a España mediante la estabilización de Ceuta y poniendo en jaque nuestra integridad territorial». La dimensión de la presión migratoria de la que habla Vivas explica que solamente podía atenderse de la «unidad, lealtad situacional, responsabilidad y el sentido de Estado».
Durante esos días, el Gobierno de la Ciudad trabajó estrechamente con el Gobierno de la Nación «para pedir auxilio de socorro» y lanzar varios mensajes: «el de que nuestra soberanía no estaba en riesgo porque estaba garantizada por el Estado y por el ordenamiento constitucional; que no estamos solos, que teníamos con nosotros resto de los españoles, a los poderes públicos del Estado, al Gobierno de la Nación, a la Unión Europea; y que saldríamos adelante porque en otras veces nos habíamos visto en una situación de similares características«.
Siempre que el presidente de la Ciudad habla de la crisis migratoria, aprovecha para destacar el «carácter ejemplar de la sociedad ceutí», algo que sirvió para reforzar y fortalecer el trabajo de los policías, guardias civiles, militares y del personal que presta servicios de auxilio y emergencia. También el de los medios de comunicación, que entiende que cumplieron la función de «transmitir al resto de España lo que estaba ocurriendo sin ambigüedades, llamando a las cosas por su nombre, pero también poniendo en valor la categoría del nivel de respuesta satisfactoria. Fueron una de las claves para que el golpe se pudiera parar», señala.
La respuesta del Gobierno de la Nación, garantía de soberanía y la integridad de Ceuta
«En lo personal había que sobreponerse también porque no sabíamos qué iba a pasar al día siguiente». Esta era la premisa que rondaba por la cabeza del presidente de la ciudad, que admite que la emoción vivida llegó a provocarle lágrimas «porque era mucho lo que estaba en juego».
Llamó al Gobierno de la Nación aquella misma noche como parte de su obligación, aunque era consciente de que el Ejecutivo ya estaba informado. A la mañana siguiente volvió a repetirse esa llamada y a primera hora de la tarde Pedro Sánchez llegaba a nuestra ciudad acompañado del Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Para Vivas, esta visita institucional significó tres cosas: «trasladar a los ceutíes que Ceuta es España, y que nuestra soberanía y nuestra integridad están garantizadas por el por el Gobierno de la Nación; reforzar los efectivos policiales y desplegar al Ejército que llevaron a cabo una misión sobresaliente, porque atendieron la seguridad, las infraestructuras, disuadieron más llegadas, prestaron auxilio a las personas que se jugaban la vida».
Sin la respuesta diplomática, «el golpe no se hubiera parado». El popular recuerda con orgullo alguna que otra imagen que dio la vuelta al mundo, como la del guardia civil que rescató a un bebé o el abrazo entre Luna y Abdu. «El sentimiento de pertenencia a España es compartido por todos los ceutíes con independencia de cómo recen de cómo se llamen».
Primero Ceuta y España y después los intereses de cada partido, excepto para Vox
El presidente de la Ciudad enumera dos posturas en esos días: «la de la responsabilidad, pensar primero en Ceuta y en España y después los intereses del partido; y la de Vox, que quiso aprovechar el momento para sacar rédito político y electoral«.
«Quedó puesto de manifiesto como un testimonio inequívoco en la declaración institucional que se firmó de rechazo al comportamiento por parte de las autoridades marroquíes y de afirmación de que Ceuta forma parte esencial e indisoluble de España», se enorgullece Vivas, mientras afea que la formación política de extrema derecha aprovechara el momento para dividir a los ceutíes y no secundar esa postura de unidad.
«Si en un momento en el que teníamos la percepción de que Ceuta estaba siendo invadida, de una manera pacífica, pero invadida, si en ese momento no somos capaces de actuar conforme a los principios constitucionales, conforme al espíritu que marca nuestra constitución, de unidad, de lealtad, de responsabilidad, de sentido de Estado, ¿cuándo lo vamos hacer?«, se pregunta el presidente, mientras no olvida que «hubo alguien que pretendió utilizar el episodio para sacar provecho político, en este caso, el grupo político de Vox».
Llegada de personas, no números
Los primeros días de junio en Ceuta había en torno a 5.000 personas a las que había que darles «manutención, alojamiento, asistencia sanitaria en un momento de pandemia». Además, muchas de ellas estaban viviendo en refugios que fueron desalojados por parte de la Ciudad: «más de 550, que se dice pronto, en una ciudad de 85.000 habitantes y 19 km²».
«Tenemos que compararlo con el volumen de población de Ceuta, con la dimensión territorial de Ceuta, y con las capacidades estructurales que Ceuta tiene para responder a estas situaciones de presión migratoria y ahí también se colaboró estrechamente con la Administración General del Estado, que puso en marcha los mecanismos legales para que estas personas, que habían entrado de manera masiva irregular en el mes de mayo y que en los primeros momentos después del episodio no habían retornado a Marruecos, salieran de Ceuta«, remarca el popular, que celebra que hoy en día «habrá salido más del 90% de los que llegaron».
Convertir el drama en oportunidad: Ceuta tiene que salir fortalecida y reforzada
El presidente de la Ciudad pide no olvidar lo vivido hace un año entre los vallados fronterizos de Benzú y el Tarajal: «tenemos que convertir aquel episodio duro, dramático, difícil, en una oportunidad para que Ceuta, como ha ocurrido tantas veces a lo largo de de su historia, salga fortalecida y reforzada«.
Pero no solo es una cuestión de memoria, sino de reivindicación para poner en marcha una acción enérgica por parte del Estado «dirigida a centrar las bases de un futuro de estabilidad, de prosperidad, de seguridad, de cohesión social, tanto para Ceuta como Melilla, que están recogidas en la Estrategia de Seguridad Nacional y que sean el objeto fundamental del Plan Estratégico e Integral que está llevando acabo el Gobierno de la Nación a través del Ministerio de Política Territorial«.
Asimismo, solicita potenciar la presencia del Estado en Ceuta en las áreas de Defensa, Seguridad, Justicia, Educación, Sanidad, Servicios Sociales, de Vivienda, entre otras, y aprovechar la oportunidad para que el nivel de calidad de los suministros y servicios esenciales de Ceuta «sea equiparable al del resto de España». Como ejemplo pone el proyecto de implantación de un cable submarino que comunique con el sistema eléctrico peninsular.
Futuros retos
Fortalecer de Ceuta en Europa mediante el planteamiento de la integración de Ceuta en la Unión Aduanera Común, manteniendo en los incentivos económicos y fiscales del resto, es uno de los retos del Gobierno de la Ciudad en estos momentos, así como que se haga un tratamiento equiparable al de las regiones ultraperiféricas «por razón de las singularidades que aquí concurren» y una apuesta seria por la frontera para que funcione en lo que se refiere al tránsito de personas y de mercancías. «Apostamos por la exigencia de visado para los marroquíes que accedan a nuestra ciudad para trabajar en Ceuta, para hacer turismo en Ceuta, para visitar a la familia o por las causas tasadas que se establezca. En el tema comercial, que la normalización de eso concluya en el establecimiento de la Aduana Comercial», defiende Juan Vivas.
Ahora se inicia un proceso que define como progresivo y advierte que este no puede perder de vista ese «objetivo de normalización», pero que se está enfocando en él con un «aumento de paso muy medidos para que eviten situaciones como las que vivíamos con anterioridad al cierre, verdaderamente caóticas».
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