En la barriada de San Amaro se ubica el antiguo edificio de Sanidad que, según nos cuenta un vecino, literalmente se cae a pedazos desde hace tres años. En diciembre de 2019, incluso el SEIS de Bomberos informó a la Ciudad que estaba en ruinas y que había que derribarlo, no se podía siquiera apuntalar. A día de hoy sigue en pie, con continuos desprendimientos que ponen en peligro la integridad de los/as vecinos/as de la barriada y, en particular, la de la vivienda de uno de ellos
Según denuncia el vecino de San Amaro más afectado por esta situación, ya que su casa está junto al edificio en cuestión y en ella se apoya el uno de los muros del mismo, hace tres años que el antiguo inmueble de Sanidad se declaró en ruinas. Además, en diciembre de 2019, el SEIS de Bomberos y la Policía se personaron en la barriada debido al desprendimiento de cascotes y se realizó un informe instando a su derribo ya que no se podía garantizar que apuntalando el edifico se fuese a solucionar o a contener el problema. Pese a ello, a 14 de julio de 2020, la situación es la misma que en diciembre del año pasado: el edificio sigue en pie y sigue arrojando cascotes a la calle y a la casa de este vecino que confiesa estar desesperado ante esta situación.
Según ha podido saber El Foro de Ceuta, durante la noche del pasado jueves, este vecino comenzó a escuchar cómo caía agua y cómo se desprendían trozos de techo del edificio que caían directamente a la calle. En ese momento, asegura que puso el asunto en conocimiento del 112 y de la empresa del agua para indicar que, probablemente, se habría roto alguna tubería y de ahí el ruido de agua corriendo y los nuevos desprendimientos. Sin embargo, explica que no obtuvo respuesta alguna por parte de los dos servicios y lamenta que este nuevo problema estructural es «lo que le faltaba al edificio para que termine de caerse».
Por último, este vecino nos explica que Antes de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, Obimace quiso poner una red de tela y un andamio para evitar que los continuos desprendimientos de cascotes cayesen a la calle o a la vivienda de esta persona, sin embargo, el afectado se opuso a este medida porque entendía que iba a servir para retrasar, todavía más, el derribo del edificio.
Este medio ha podido tener acceso a imágenes filmadas en el interior del inmueble en las que se aprecia claramente que los suelos se encuentran completamente inundados y llenos de escombros.