El racismo de Vox se palpa en cada intervención, en este caso la diputada por Ceuta, Teresa López, y el portavoz del grupo parlamentario en la Asamblea, Carlos Verdejo, atacan a un colectivo altamente vulnerable, como son las personas migrantes que residen en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta. A los de la extrema derecha les molesta que tengan calzado nuevo, teléfonos o que tengan un menú diario «en el que pueden repetir ración»
Vox sigue demostrando que los problemas reales que azotan a la población ceutí, como lo son el paro estructural -sobre todo de jóvenes y mujeres-, la extrema pobreza de algunas familias, el abandono escolar de muchos niños y niñas o la desigualdad social, no le interesan, aunque lo parezca con una retórica que ataca a los más vulnerables y con menos derechos para enfrentarlos entre sí con un populismo que roza la bajeza moral más extrema.
Pero la extrema derecha, ya no sorprende a nadie. Sus argumentos, cada vez más basados en el odio, chocan frontalmente con los pilares básicos de un Estado democrático y de derecho como lo es el español, país que ha ratificado la carta de Derechos Humanos y que incorpora suficiente legislación en defensa de los derechos básicos de cualquier persona.
Sin embargo, a Vox esto parece que se le olvida, ya que es más fácil hacer una política populista barata, señalando al más débil como origen de todos los males del resto de la población, poniendo el foco en las personas víctimas de un sistema que les obliga a ejercer de manera irregular, su derecho a migrar.
Este miércoles, el partido ultraderechista ha decidido disparar -metafóricamente- contra la población migrante que reside en el CETI, con el objetivo de conocer «‘in situ’ el montante del presupuesto que el Ministerio de Trabajo, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones destina en Ceuta a la atención a la inmigración, además de conocer cómo es el día a día dentro de esta instalación».
Más allá de criticar o hacerse eco de las quejas de las personas que residen en este centro de estancia temporal -que normalmente se centran en la poca variedad o cantidad que hay en los menús que comen, o en lo hacinados que duermen en habitaciones de 10 metros cuadrados para 8 personas sin ventilación, o en el poco jabón que les dan para asearse (según las últimas denuncias realizadas por el colectivo)-, la representación de la extrema derecha ceutí ha asegurado que tienen «un menú de comedor diario, sin cerdo para no ofender a los musulmanes, abundante y de calidad, en el que pueden repetir ración».
Además, afirman que “hay un gasto desmesurado en la atención a inmigrantes, con bienes y servicios lejos de ser esenciales que no hacen más que provocar un fuerte efecto llamada y discriminar a los españoles que padecen en la actualidad una realidad socioeconómica más difícil”. Así estamos. Si los españoles y españolas padecen una realidad socioeconómica más difícil, la culpa no la tienen las personas migrantes, si no la corrupción, el desigual reparto de las riquezas y la falta de inversión en el Estado del bienestar durante décadas.
Pero Verdejo y López no sólo critican que las personas coman a diario, y ojo, ¡que puedan repetir!, no. Hablan también de privilegios como tener calzado nuevo, clases de formación, actividades lúdicodeportivas con monitores, asesoría jurídica, «e incluso wifi«. Pero, ¿a qué clase de Estado democrático se le ocurre darle servicios básicos a personas que están residiendo bajo su protección -aunque sea temporal- como que aprendan español para poder formar parte en igualdad de condiciones en la sociedad en la que quieren trabajar y vivir o una asistencia jurídica para poder regularizar su situación administrativa?.
Por supuesto, Verdejo no ha perdido la oportunidad de volver a atacar a las organizaciones sociales con una amplia trayectoria profesional a nivel nacional en la defensa de los derechos humanos, volviendo a tacharlas de «chiringuitos«… parece que no se acuerda de los «chiringuitos» de su líder Juan Sergio Redondo, que quería vivir de la política aunque fuese en Castelar, y de los que ya informamos en El Foro de Ceuta hace algún tiempo.
Definitivamente, parece que los de la extrema derecha no viven en Ceuta, o que esta Ceuta fronteriza que presume en su himno de ser ciudad de acogida, y dicen que “el CETI se ha convertido en un destino de vacaciones temporal«, ¿es que no recuerda las manifestaciones pacíficas llevadas a cabo por estas personas rogando por salir del CETI para poder continuar con su trayecto migratorio, o los intentos de suicidio que se han dado en esas instalaciones?.
Parece que Vox en Ceuta no tiene otro programa que el atacar siempre a los más débiles y desprotegidos, como lo son las personas migrantes en situación administrativa irregular.