Un hombre mató ayer a su hermano en Burgos y el sábado una mujer fue asesinada presuntamente por su expareja en Terrasa. Hoy la Ciudad ha convocado un minuto de silencio para condenar el caso de violencia de género y Vox, no solo no ha estado presente, sino que tampoco se ha pronunciado públicamente sobre el hombre asesinado por su hermano.
Desconocemos si se trata de un despiste de la Ciudad, que en teoría es quien debe convocar ambos minutos de silencio o aclarar que un mismo minuto se condenan ambos asesinatos. Tampoco sabemos cuáles son las causas de que Vox, partido proponente de «homenajear» a personas asesinadas por violencia intrafamiliar, no se haya pronunciado públicamente al respecto o no haya reclamado que el minuto de hoy también se celebrase para condenar el asesinato fraticida.
Y es que, tras lo aprobado en la Asamblea con los votos de PP y Vox, prácticamente cualquier asesinato en el que haya algún grado de parentesco familiar debería condenarse con un minuto de silencio, pues la violencia intrafamiliar, según la definición que aportó el propio portavoz de Vox, Carlos Verdejo, se basa en «todo aquel comportamiento de violencia física, sexual o psicológica que llega a poner en situación de peligro la seguridad o el bienestar de una persona del grupo familiar«. Definición en la que encaja el asesinato fraticida ocurrido en Burgos.
Condenar el asesinato, sin más
Si bien los detalles del caso no se han esclarecido y todavía no ha trascendido cuál es el móvil del crimen ni qué provocó la discusión, esto no es óbice para que se aplique la propuesta de Vox, pues esta se basa en condenar la violencia «venga de donde venga». Es decir, a diferencia de los minutos que se organizan para mostrar la repulsa a los asesinatos por violencia de género, donde una se asesina a una por el hecho de ser mujer, lo que Vox propuso fue condenar el hecho en sí de asesinar a un familiar, independientemente de la motivación del crimen.