Carlos Verdejo, portavoz de Vox, ha mostrado su rechazo a los puntos violetas y habla sin datos de “manadas de magrebíes que proliferan por nuestra nación agrediendo y violando a nuestras mujeres”
El grupo Vox Ceuta ha expuesto el discurso machista de su partido hoy en el Pleno de la Asamblea. A través de una interpelación sobre los puntos violeta, que tienen el objetivo de informar y prevenir las agresiones sexistas, la ultraderecha ha insistido en su peligrosa afirmación de que “la violencia no tiene género”, hablando de “ideología de género” y de que se vende a los “hombres como potenciales agresores”.
Pero al discurso machista de Vox, Verdejo le ha sumado el racista, hablando de “manadas de magrebíes que proliferan por nuestra nación agrediendo y violando a nuestras mujeres”. Una afirmación que ofrece sin datos ni evidencias, fomentando el odio hacia colectivos migrantes.
Kissy Chandiramani, consejera de Economía, Hacienda y Función Pública, ha destacado que “poco tiene que decir” a las mentiras de Vox. “Entiendo que está usted en contra de las agresiones sexuales y de la violencia de género, porque si no sería usted un depravado. Así que entiendo que está a favor de los puntos violeta”, ha resumido.
Pero para los de Vox “no es necesario un punto violeta para decirle a la ciudadanía que las agresiones son malas”. Verdejo se pregunta “por qué no se instalan puntos de otro color en El Príncipe, donde hay tiroteos cada semana”.
“Las agresiones sexuales se realizan mayoritariamente por hombres. Este punto violeta atiende a mujeres y a hombres. Usted está en contra de cualquier medida dependiendo de quien venga, sin analizar si puede ser beneficiosa para nuestra juventud o no”, le ha contestado Chandiramani, que dice que hay que tener una “juventud informada y educada en principios y valores que no se parezcan en nada a los que usted promueve”.
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Los puntos violetas son la máxima expresión del odio dirigido contra los hombres.
Representan la persecución puerta a puerta de negros y judíos, tras crear leyes y juzgados especificos contra ellos, ahora dirigido contra los hombres y los jóvenes en las relaciones heterosexuales.
Una industria paralela al estado de derecho de creación de odio y psicosis que se produce en la otra cara de campañas que llaman de «igualdad y concienciación», que dibuja a los hombres como monstruos asesinos de mujeres ante la sociedad.
Nunca en un estado de derecho puede existir un protocolo de actuación policial y judicial distinto sobre hombres, mujeres, blancos o negros.
Da igual si se persigue el fin más noble o se hace por pura maldad, porque es exactamente el mismo crimen.
La misma barbaridad supondría crear estos puntos para perseguir personas homosexuales, inmigrantes, o cualquier otro sexo, género, raza o colectivo,
y hacerlo tras haber creado juzgados específicos, «perspectivas», llevar listas públicas de sus delitos, y las cientos de discriminaciones que la continua incitación al odio ya ha creado y normalizado en la sociedad contra los hombres.
No se pueden perseguir sexos, generos o razas, solo se pueden perseguir delitos en general.
No pueden existir servicios públicos contra el maltrato en las relaciones de pareja que impidan ayudar e informar por su sexo a cualquier persona que lo necesite.
Pero jamás, bajo ningún pretexto y en ningún lugar del mundo pueden existir servicios públicos como el 016, los puntos violetas, o delegaciones contra los hombres a
los que llaman «de igualdad», que solo se puedan utilizar para denunciar, informar, perseguir o crear psicosis, directa o indirectamente contra un sexo, género, raza, o colectivo.
El sexo no pueden ser una trampa mortal contra ningún ser humano sobre la faz de la tierra, un juego de ruleta rusa con el que cualquier mujer sin escrúpulos pueda convertir en violación en cualquier momento cualquier relación consentida.
Todo delito es recíproco. En violación es condenar a tu hijo o hermano inocente por algo que jamas ha hecho.
Por lo tanto no se puede jugar con los derechos humanos aprobando leyes basadas en frases de primero de parvulario «solo si es sí», con la que cualquier mujer sin escrúpulos podrá convertir en violación en cualquier momento toda relación consentida.
Nadie puede que ser juzgado, perseguido ni criminalizado públicamente por su sexo, y ello debe incluir a todas las personas, y también a los hombres en las relaciones heterosexuales.
No existe la violencia machista, la violencia de género, la violencia homosexual,
o cualquier otro juego de palabras que permita la creación de un estigma de odio y discriminación colectiva.
Ninguno de estos calificativos puede ser nunca aceptado y utilizado desde las instituciones.
Los delitos son responsabilidad de los despreciables seres que los cometen,
y nadie tiene derecho a señalar, culpar y discriminar al sexo, género, raza color de piel al que pertenezcan.
Todo delito es única y exclusivamente responsabilidad individual del despreciable ser que lo comete, no de su sexo.
¿Por qué no se colocan puntos violetas,
blancos, negros, o amarillos por toda España para perseguir delitos cometidos por homosexuales, menas, inmigrantes.., o cualquier otro sexo, género, raza o colectivo?
¿Por qué no incitan a denunciarles ante más mínimo indicio, tras crear números de teléfono especificos donde sólo se pueda llamar para denunciarles, leyes, «perspectivas» y juzgados «especializados» para condenarles?
¿Por qué con la excusa de la «concienciación» no se llevan listas públicas de sus delitos generando en la mente de la sociedad un problema de odio sexista o racista que permita seguir creando discriminaciones contra ellos?
Solo existe una respuesta a estas preguntas:
No se hace tal cosa porque sería la misma persecución y violación gravísima de derechos humanos fundamentales que ahora se está cometiendo contra los hombres.