El presidente estadounidense anuncia la reactivación y ampliación del icónico presidio en un controvertido giro en política penitenciaria
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado este domingo una medida sin precedentes: la reapertura y ampliación de la histórica prisión de Alcatraz, ubicada en la isla homónima en la bahía de San Francisco. Según ha explicado el mandatario, la instalación será destinada a albergar a los delincuentes “más violentos y peligrosos” del país.
“Vamos a poner a los peores criminales en el lugar más seguro. Alcatraz volverá a ser símbolo de orden y de justicia”, declaró Trump durante un mitin en Texas. La prisión, cerrada desde 1963 y convertida desde entonces en sitio turístico, será sometida a una profunda remodelación y modernización para adaptarse a los estándares de una cárcel de máxima seguridad del siglo XXI.
La medida ha generado un aluvión de reacciones políticas y sociales. Grupos de derechos humanos han calificado la decisión de “retroceso simbólico y operativo” en la política penitenciaria del país, mientras que varios gobernadores republicanos han aplaudido la iniciativa como una “respuesta firme” al aumento de la criminalidad violenta.
El Departamento de Justicia ha confirmado que el proyecto incluye la construcción de nuevas instalaciones anexas en la isla y el refuerzo del sistema de vigilancia, aunque aún no se ha detallado el coste estimado ni la fecha exacta de reapertura.
Alcatraz, célebre por haber albergado a criminales como Al Capone, vuelve así al centro del debate político estadounidense, esta vez como emblema de la política de mano dura que Trump ha prometido endurecer durante su segundo mandato.
